El 11 de junio de 2010 es una fecha que pasará a la historia del fútbol español. La selección española se proclamó campeona del mundo entre los halagos de todos por el juego desplegado, pero los protagonistas apuntaban un aspecto clave: la unión de un grupo que aseguraba ser una piña y el buen rollo entre todos los integrantes del combinado nacional.

Atrás quedaban los rumores de malas relaciones personales dentro de la selección, de acusaciones absurdas sobre si catalanes o vascos no lo daban todo por España o se tapan tal o cual banderita y de diferentes grupos enfrentados en el vestuario.

Los dos títulos (Eurocopa y Mundial) habían acabado con todo eso y este grupo de ganadores, dirigidos por el siempre conciliador Vicente Del Bosque, parecía a prueba de bombas. Nada hacía presagiar que los choques Madrid - Barça iban a hacer temblar los cimientos de la selección nacional.

En el primer clásico de la temporada, a finales del mes de noviembre, ocurrió el primer encontronazo de la temporada. Con 5-0 en el marcador, Sergio Ramos hizo una brutal entrada a Leo Messi y cuando los jugadores del Barça fueron a recriminarselo, el de Camas agarró del cuello y empujó a Carles Puyol y apartó bruscamente a Xavi. Parecía un incidente aislado propiciado por el calentón por la abultada derrota, pero no era más que el principio, pese a que tras el partido todos los implicados decidieron quitar hierro al asunto.

El propio Ramos había protagonizado un incidente anteriormente, cuando tras una pregunta a Gerard Piqué en catalán durante una rueda de prensa con la selección en el mes de octubre, el sevillano dijo que le preguntarán en andaluz. Al jugador del Barça no pareció hacerle mucha gracia, pero todos decidieron quitar hierro al asunto.

Pero los cuatro duelos entre los dos grandes transatlánticos del fútbol español, en los que se jugaban todos los títulos en juego, han sido demasiada tensión incluso para los que hace apenas unos meses parecían íntimos amigos. Con cinco campeones en un lado (Casillas, Arbeloa, Ramos, Albiol y Alonso) y ocho por el otro (Valdés, Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro y Villa), todos ellos titulares en casi todos los duelos, las patadas, insultos y acusaciones no iban a tardar en llegar.

El primero de los cuatro choques entre ambos equipos fue el partido liguero en el Santiago Bernabéu. El encuentro pareció dejar satisfechos a ambos equipos, pues el Barça dejaba la Liga casi sentenciada, mientras que el Madrid demostraba que podía plantar cara a su 'bestia negra' de las últimas temporadas incluso con un hombre menos.

Sin embargo, fue un choque muy bronco, con entradas duras y que acabó con un enfrentamiento final camino de los vestuarios. Los azulgrana filtraron a la prensa que Pepe les había escupido mientras que los madridistas acusaron a Piqué de una frase impropia de un campeón del mundo: "Españolitos, ya os hemos ganado vuestra liga española, ahora os vamos a ganar la Copa de vuestro Rey". No se sabe si la frase es cierta, pero el propio Casillas confirmó que el central culé dijo algo que no gustó nada a los madridistas: "Él sabe lo que dijo". El capitán de España sin embargo, también trató de restar importancia al incidente: "Es un chaval majísimo y algún día será el capitán de la selección".

Los choques más duros en el campo se produjeron en la final de Copa del Rey. Arbeloa pisó a Villa cuando el asturiano estaba en el suelo y después le levantó junto a Ramos cuando el asturiano se dolía en el césped, Busquets hizo una terrorífica entrada a Xabi Alonso con los tacos por delante a la altura de la rodilla, Ramos y Piqué no pararon de discutir durante todo el partido... Guerra abierta en el que además la mayoría de las veces había jugadores de 'la roja' implicados.

El buen detalle de Piqué felicitando a los campeones tras el partido no escondió el mal rollo entre los internacionales de ambos bandos, que calentaron el siguiente choque, el de la Champions League, con acusaciones de excesiva dureza (los culés a los madridistas) y de hacer teatro (los blancos a los catalanes).

El propio Del Bosque manifestó su preocupación ante el tenso ambiente entre sus jugadores, y no se equivocó. En el saludo previo al partido de Liga de Campeones los jugadores de ambos equipos no se miraron a la cara y las discusiones entre ambos fueron continuas durante todo el partido. Arbeloa volvió a ser acusado de excesivamente duro, pero bien es cierto que Busquets y Pedro fingieron agresiones para forzar expulsiones (en el caso del canario buscando echar a su compañero de selección Arbeloa). Y durante el partido, un sinfín de discusiones que acabaron con una tángana monumental al descanso.

Pero quizás lo más preocupante fueron las palabras de algunos jugadores tras el partido. Muchos reconocen fuera de micrófonos que no saben que pasará en la próxima convocatoria de la selección, pero David Villa dejó claro el mal rollo entre ambos cuando le preguntaron si estos partidos podían afectar a 'la roja'. "Espero que no", dijo poco convencido y con un gesto que dejaba claro que hay heridas abiertas.

Aún queda un clásico más por disputar (aunque quizás el resultado de la ida provoque que sea algo menos tenso) y cuando acabe la Liga habrá una concentración de la selección española para disputar dos partidos amistosos. Esperemos que todo quede olvidado, pero no va a ser nada fácil.