Según informan hoy varios medios estadounidenses, Sean Taylor, jugador de la NFL norteamericana (Liga de Fútbol Americano), ha fallecido después de ser tiroteado en las proximidades de su residencia en Miami.

El jugador de los Washington Redskins se encontraba en estado crítico desde la madrugada del lunes, después de resultar herido de bala en un muslo en su casa, aparentemente durante un robo en su hogar, lo que le lesionó una arteria y le provocó una considerable pérdida de sangre.

"Su padre me llamó y dijo que (Taylor) estaba con Cristo, y lloró y me dio las gracias", ha declarado Sharpstein, ex abogado del jugador. "Es un hecho tremendamente triste e innecesario. Él era un joven maravilloso, humilde y talentoso que tenía una vida enorme por delante. Obviamente, Dios tenía otros planes", añadió un amigo de la familia.

Lo que ocurrió, según su pareja

Según ha declarado la novia de Taylor, ambos se despertaron alertados por un ruido. Taylor, que medía 1,88 m y pesaba 95 kg, agarró un arma blanca que guarda en su habitación. Sin embargo, este intento de defensa fue demasiado tarde, ya que un intruso entró en la habitación y disparó dos veces.

La segunda bala impactó contra la pierna del deportista y le atravesó la vena femoral. La pareja de Taylor y su hija, de un año, no resultaron heridas.