¿A salvo de los ultras?

En España hay 15.000 hinchas radicales, cinco veces más que en 1992.
Ultras durante el Catania-Palermo, que protagonizaron los graves incidentes.(Efe)
Ultras durante el Catania-Palermo, que protagonizaron los graves incidentes.(Efe)
Ultras durante el Catania-Palermo, que protagonizaron los graves incidentes.(Efe)
Un refrán viene al pelo para explicar el fenómeno: cuando las barbas de tu vecino
veas pelar... La muerte del policía italiano Filippo Racite  (38 años) tras los gravísimos incidentes registrados en el Catania-Palermo del viernes han despertado en España la durmiente preocupación sobre el peligro de los casi 15.000 radicales que campan en el «90% de los estadios de España», como asegura el Informe Raxen sobre violencia en el deporte.

A la primera pregunta sobre si sucesos como el de Italia podrían pasar en España, contestan primero los datos: ya ha sucedido. El 8 de diciembre de 1998, el seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta fallecía en los exteriores del Vicente Calderón, apuñalado por un ultra. En 1992, un niño de 13 años moría en el campo del Espanyol tras ser alcanzado por una bengala.

Segunda cuestión: ¿Hacen los clubes lo suficiente para detener este fenómeno? Ahora responde Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia: «Ni mucho menos. Sólo el Barcelona tuvo el gesto de prohibir la entrada a los Boixos. Los directivos les tienen miedo».

En breve, el Congreso debe aprobar el proyecto de Ley contra la Violencia en el Deporte. Aumentarán las penas contra estos delitos y quizá se impida así que muchos ultras «hagan del estadio su cortijo», resume Ibarra.

Público sólo en Roma y en Turín

Pocas horas después de que el policía Filippo Racite fuera enterrado, el Gobierno italiano tomaba medidas para frenar la violencia en los estadios: cuando el fútbol se reanude, no se podrá jugar con público en los estadios que no cumplan las medidas de seguridad (donde se jugará a puerta cerrada). De los actuales estadios italianos, tan sólo los Olímpicos de Roma y de Turín cumplen las normativas sobre seguridad, una paradoja teniendo en cuenta que los equipos romanos, Lazio y Roma, tienen las hinchadas más peligrosas del fútbol italiano.

Los más peligrosos

Ultras Sur: Grupo radical del Madrid, al que Fabio Capello, en un ejercicio de torpeza, agradeció su apoyo.

Frente Atlético: Una de sus facciones, Bastión, fue la responsable de la muerte de Aitor Zabaleta.

Boixos Nois: La afición más radical del Barcelona topó con la política de Joan Laporta y llegaron a amenazarle físicamente.

Celtarras: Apoyan al Celta y han protagonizado varios incidentes.

Supporters Sur: Según Esteban Ibarra, los «hinchas radicales del Betis son peores que los biris, del Sevilla».

Ligallo Fondo Norte: Este grupo campa por La Romareda y ha sido una de las aficiones más sancionadas del país.

Peña Yomus: La hinchada del Valencia es una de las más radicales.

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