Cristiano y Jesé derriban la muralla en Roma

  • Insípida primera mitad, con demasiado respeto, entre Roma y Real Madrid.
  • El gol de Cristiano Ronaldo al poco de empezar la segundo rompió el partido.
  • Jesé, en los minutos finales, deja el pase a cuartos del Madrid muy encarrilado.
Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos y Zidane se abrazan tras el gol del portugués en el Roma - Real Madrid.
Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos y Zidane se abrazan tras el gol del portugués en el Roma - Real Madrid.
EFE
Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos y Zidane se abrazan tras el gol del portugués en el Roma - Real Madrid.

No fue el partido más brillante del Real Madrid, ni mucho menos, pero el resultado es justo lo que necesita el proyecto de Zidane. Ganar fuera de casa en la Champions nunca es fácil, y menos aún en la ida de los octavos de final en un campo italiano. En Roma, los goles de Cristiano y Jesé (0-2) dejan la clasificación casi cerrada para los blancos y, casi más importante, dan confianza al proyecto del nuevo entrenador.

Respeto, mucho respeto entre ambos equipos desde el pitido inicial. Los roles bien repartidos, con los blancos dominando y los romanos buscando el contragolpe, poco margen para la improvisación y ningún tiro a puerta es el balance de una primera mitad en la que pocos se salieron del guion.

En un partido insípido que solo se salvaba por la emoción de ser un partido de octavos de Champions, dos hombres rompieron el formato preestablecido. En los locales, la velocidad de Salah fue una amenaza constante. Desde la banda derecha, sus arrancadas crearon temor a los jugadores blancos, que se turnaban para tratar de cerrarle los espacios, aunque el egipcio estuvo siempre demasiado solo.

Y en el Madrid, la figura de Marcelo fue el detonante. Sus arrancadas por la izquierda provocaron desequilibrios y de su talento llegaron los mejores acercamientos, pero siempre muriendo demasiado pronto ante el impresionante muro defensivo del equipo romano. Un disparo del lateral desde el pico del área fue la única ocasión real de un choque en el que el respeto y el miedo fueron más fuertes siempre que las ganas de lograr un gol.

¿Y de los talentosos jugadores del Madrid? Benzema, errático, no ofreció nada, Cristiano se ofreció pero siempre estuvo bien vigilado, James se acorraló a sí mismo en la banda derecha y las arrancadas de Modric e Isco apenas encontraron apoyo.

La Roma se desperezó en el arranque de la segunda mitad y esa fue su condena. Con espacios, un gran pase de Marcelo lo recogió Cristiano en la banda izquierda, recortó al defensa y su disparo, que tocó levemente en Florenzi, abrió el marcador.

El tanto dio calma a los de Zidane, pero el dominio pasó a una Roma plana y sin ideas. Solo los fallos en defensa del Madrid, demasiados, dieron ocasiones a los italianos, pero Salah, Dzeko y Perotti no estuvieron acertados.

Y a la contra, nuevamente, llegó la sentencia. El partido parecía muerto, pero no para Jesé, que arrancó con fuerza desde la banda derecha y soltó un latigazo para dejar la clasificación para los cuartos de final prácticamente cerrada.

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