El FC Barcelona fue el equipo español menos agraciado en el sorteo de este lunes de los octavos de final de la Liga de Campeones tras quedar emparejado con el Manchester City inglés, uno de los 'cocos' del bombo, mientras que el Real Madrid y el Atlético tuvieron más suerte al cruzarse con el Schalke 04 alemán y el Milan italiano respectivamente.

El equipo menor de Manchester se consagró en la cima del fútbol inglés hace dos temporadas al ganar la Premier por primera vez en casi medio siglo y aspira ahora a conquistar Europa gracias a la inversión millonaria que ha hecho su dueño en los últimos años.

El chileno Manuel Pellegrini dirige a un conjunto que ha ido de menos a más esta temporada y ha llegado al sorteo de Nyon (Suiza) pocos días después de tumbar con una severa goleada al líder de la Premier, el Arsenal (6-3), y de dar la sorpresa al derrotar en casa al vigente ganador de la Champions, el Bayern Múnich (2-3).

A las órdenes del chileno, que ya había dirigido encuentros internacionales con el Villarreal, el Real Madrid y el Málaga, el equipo "citizen" se ha mostrado mejor engrasado esta temporada.

La piedra angular del ataque inglés continúa siendo el argentino Sergio Agüero, que llegó al club en 2011 y ha marcado desde entonces 70 goles, 19 de ellos durante esta campaña.

El español David Silva gobierna el centro del campo y reparte el juego de los ingleses, acostumbrados a las transiciones rápidas y el fútbol al primer toque, mientras que el exbarcelonista Yaya Touré realiza labores de contención en la zona de medios.

El pasado verano, Pellegrini trajo con él a dos refuerzos que se han convertido en habituales en el ataque del City: el español Álvaro Negredo, que suma ya 13 goles con la camiseta azul celeste del club, y su compatriota Jesús Navas, que ha marcado cuatro tantos.

La historia del City tiene un profundo punto de inflexión en 2008, cuando Mansour bin Zayed, miembro de la familia real de Abu Dhabi, inyectó capital a la entidad y aceleró una recuperación deportiva que había comenzado en 2001, con el legendario Kevin Keegan en el banquillo.

Mansour inauguró su proyecto con un golpe de efecto, el brasileño Robinho, una de las estrellas del Real Madrid, que llegó a Manchester por 42 millones de euros, el séptimo fichaje más caro de la historia del fútbol en aquel momento.

Aquel verano, el City invirtió un total de 120 millones de euros para formar el esqueleto del que estaba llamado a ser un equipo ganador.

El argentino Carlos Tévez, el togolés Emmanuel Adebayor, el marfileño Kolo Touré y el inglés Gareth Barry, junto a Robinho, revolucionaron a los "citizens" aquella temporada.

También aterrizó en Manchester Mancini, exdelantero de la Sampdoria, que renegó del juego tradicional inglés, propenso a los balones largos hacia el área, y obligó al equipo a bajar la pelota al césped y adoptar un fútbol más moderno y europeo.

La apuesta del italiano ganó en profundidad y calidad técnica con la llegada en 2011 de Silva, procedente del Valencia, y terminó de afilarse con Agüero, predestinado a convertirse en al máximo goleador del equipo y por el que el Atlético de Madrid recibió 45 millones de euros.

El Schalke 04, justamente el último equipo europeo en el que militó un icono madridista como Raúl González, se atraviesa ahora en octavos de final en el camino del Real Madrid hacia una posible y soñada décima Copa de Europa.

La huella dejada por Raúl en el Schalke se resume en el hecho de que ya nadie usa el número 7. En la plantilla actual, además, destaca un jugador, Julian Draxler, de quien Raúl fue una especie de mentor en los días en que debutó como profesional a los 17 años de edad y que ahora se ha convertido ya en uno de los emblemas del Schalke.

Quedan además muchos jugadores que estuvieron en el campo con el exinternacional español, como el capitán Benedikt Höwedes, el peruano Jefferson Farfán o el estadounidense Jermaine Jones.

Sin embargo, desde que Raúl dejó el Schalke han pasado muchas cosas en el equipo y actualmente, pese a haber alcanzado los octavos de la Liga de Campeones, el equipo vive un periodo de inestabilidad que hace difícil predecir que aspecto tendrá cuando se jueguen los partidos del Real Madrid.

La situación del entrenador, Jens Keller, es complicada y desde hace semanas que en Alemania se habla de una eventual destitución fulminante. Incluso, en las últimas horas se habló de que el Schalke ya había llegado a un acuerdo con Thomas Schaaf para relevarle en el banquillo, lo que fue desmentido por las autoridades del club.

En la portería, Timo Hildebrand empezó la temporada como titular pero se lesionó -justo después de una increíble pifia contra el Chelsea- lo que ha llevado a que Ralf Fährmann tenga una segunda oportunidad para luchar por una titularidad que ya tuvo durante parte de la temporada pasada.

En la defensa, suelen ser fijo el lateral derecho, el japonés Atsuto Uchida, y Höwedes como central, acompañado por Joel Matip o por el brasileño Felipe Santana. En la otra banda se alternan Kolasinac, Rapf Fuchs y Dennis Aogo, que a veces también aparece el centro del campo.

La larga lesión del holandés Klaas-Jan Huntelaar ha hecho dejado huérfana la posición de centro delantero. Keller ha jugado en ocasiones con el húngaro Adam Szalai en esa posición y en otras con el ghanés Kevin Prince Boateng como falso nueve.

Farfán, en cambio, está recuperado y sigue siendo, junto con Draxler y Boateng, una de las armas ofensivas fundamentales del Schalke. A ese trío hay que agregar el nombre del canterano Maximilian Meyer, un jugador que viene mostrando buena visión de gol y una buena técnica.

El gran problema del Schalke suele ser cierta debilidad de temperamento que lo lleva a que se le enreden algunos partidos que parece tener bajo control y errores puntuales en defensa, que con frecuencia echan por tierra lo logrado en ataque.

Por su parte, el Atlético de Madrid tuvo más suerte, aunque no debe fiarse de su rival, el histórico Milan, ganador de siete Copas de Europa, pero cuyo nivel está algo lejos para ser una gran amenaza para los de Diego Pablo Simeone.  

Los de Massimiliano Allegri, que solo tienen el torneo continental como gran objetivo tras su debacle en la Serie A, apelarán a su experiencia para intentar dejar fuera a los rojiblancos, muy sólidos y que además jugarán la vuelta en su hasta ahora fortín del Vicente Calderón.

Reforzados atrás por el exvalencianista Rami, la experiencia de Kaká y la calidad que le dan Ricardo Montolivo, sancionado para la ida, el díscolo Mario Balotelli y El Shaarawy, actualmente lesionado, son los mayores argumentos del equipo 'rossonero', que el año pasado ya avisó que no lo pondrá fácil cuando derrotó al FC Barcelona por 2-0 en la ida de esta misma ronda.