Su lesión, conocida popularmente como la tríada, es una de las peores para un deportista de élite, y haberse roto los dos ligamentos, cruzado y anterior, y el menisco interno es, sin duda, la peor de las noticias posibles para el esquí español, ávido de triunfos y, sobre todo, de una referencia como María José Rienda.
«El esquí se cruzó y todo el peso de mi cuerpo cayó sobre la rodilla. Fue una caída aparatosa y me di cuenta enseguida de la posible gravedad», declaraba la granadina, bastante animada a pesar de lo difícil de la situación: es muy posible que tenga que ausentarse de las pistas hasta la próxima temporada. Y es que el deporte, como la vida, está lleno de contradicciones, y dentro de todo el cúmulo de circunstancias negativas, hay una positiva: el lugar de la lesión, las pistas de Loveland, cerca de Aspen, en el norte de Estados Unidos.
Casualmente, el doctor Richard Stedman, uno de los mejores, trabaja muy cerca. «Dentro de lo malo, lo mejor es que ha sucedido en un sitio bueno, porque muy cerca de aquí está uno de los mejores especialistas del mundo», ha declarado Rienda, que en ningún momento abandona el optimismo que siempre le ha caracterizado, y, como mucho, espera estar fuera de la competición «hasta cinco meses».
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