El espacio interior

Dentro se han hecho pocos cambios, que se reducen a pequeños detalles en la consola central (especialmente si lleva la pantalla del navegador) y el volante. El espacio en las plazas traseras no es muy generoso y tres pasajeros viajarán algo incómodos, pero las delanteras tienen buen tamaño y el puesto de conducción es excelente. La calidad de los plásticos y todos los ajustes son magníficos.

El anterior motor 1.9 TDI ahora ha dejado de venderse en España (en otros mercados sigue comercializándose) y el primer escalón con propulsor de gasóleo es el 2.0 TDI, que ya utilizan muchos modelos del grupo VW-Audi y que el A4 ha tardado en recibir.

Muy buen rendimiento

Este motor ya ha demostrado su buen rendimiento. En particular, en la unidad que hemos probado ha conseguido un consumo real –en condiciones de tráfico normal con un 80 por ciento de carretera y autovía, alguna que otra retención y el resto en ciudad– de sólo 5,3 litros, casi medio litro menos de la cifra homologada.

Por primera vez, hemos conseguido hacer más de 1.000 kilómetros sin repostar, realizando una conducción absolutamente normal, sin buscar un consumo reducido. Agradable, poco sonoro (aunque podría estar mejor aislado) y con un cambio de seis velocidades bien adaptado al motor, este TDI ofrece un rendimiento sobresaliente.

Se han realizado también cambios en la suspensión, que toma elementos del A6 y del potente S4, para que el A4 gane en agilidad y estilo deportivo, pero sin perder comodidad. No es más duro que el anterior, pero la dirección tiene una respuesta más rápida y pisa todavía con más aplomo y solidez en todo tipo de firmes.

Equipamiento

Los frenos también son de mayor tamaño y el control de estabilidad (de serie) es de última generación. Lleva, también de serie, todo lo importante en seguridad (sólo faltan airbag laterales traseros: 405 euros) y cuenta con climatizador bizona, llantas de aleación, faros antiniebla y equipo de sonido.