El Real Madrid vuelve a ser el rey de Copas. En una final tensa y disputadísima, los blancos confirmaron su condición de favorito pero para ello tuvieron que sudar sangre para derrotar a un Barça que vendió cara su derrota. En un final agónico, los azulgrana remontaron un partido que tenían imposible, pero una canasta en el último segundo de Llull dio la victoria a los blancos (76-77).

Desde el inicio se jugó a lo que quiso el Barça. Anotación no demasiado alta, ritmo pausado y una defensa de manual que no dejó respirar a los blancos. El trabajo atrás de los azulgrana tuvo su continuación con una jugada que trae de cabeza una y otra vez a los de Laso: el bloqueo y continuación. La combinación entre Marcelinho y Tomic trajo de cabeza a los madridistas, incapaces de frenar esa acción. Una y otra vez.

Con Llull frenado y el juego interior inexistente, únicamente el acierto desde el tiro libre mantuvo la igualdad en el marcador. Al desacierto de los culés se unió el alto porcentaje del Madrid, y la canasta final de Oleson dejó el 17-16 para su equipo.

La entrada de Sergio Rodríguez dio algo de alegría al juego blanco, pero sin continuidad y constantes pérdidas de balón que el Barça penalizó siempre. La defensa culé siguió implacable y solo desde el tiro libre fue capaz de mantenerse en el partido el Real Madrid. Las continuas pérdidas del balón madridistas, la aparición de Abrines y varias buenas acciones de Papanikolau dieron una merecida ventaja al Barça al descanso (42-38).

La salida del vestuario de los de Laso fue radicalmente distinta. Una defensa más fuerte y un ataque más inspirado con un gran Rudy Fernández y bien acompañado por Mirotic le dieron la vuelta al partido. Con Navarro desaparecido bien frenado por Llull, Marcelinho cogió la batuta. El brasileño y su particular tiro a una pierna martillearon el aro rival hasta lograr igualar el partido.

Con 59-60, todo se decidió en un último cuarto pleno de tensión y un aspecto fue clave: el Barça entró en bonus demasiado pronto, lo que provocó numerosos tiros libres de los blancos. Los nervios aparecieron en ambos bandos y el partido se convirtió en un carrusel de tiros errados y acciones desafortunadas, aunque siempre con ligera ventaja de los blancos. Navarro siguió desacertado, a Tomic y Marcelinho se les acabó la gasolina y entre la dirección de Sergio Rodríguez y el acierto de Mirotic parecieron la final.

El espíritu del Barça, indomable, remontó un partido que tenía imposible y un 2+1 de Oleson dio la vuelta al marcador, pero una canasta de Llull en el último segundo dio la Copa del Rey al Real Madrid (76-77).

76- FC Barcelona (17+25+17+17): Huertas (15), Navarro (5), Papanikolaou (2), Lorbek (8), Tomic (14)-cinco inicial- Dorsey (7), Sada (0), Abrines (7), Oleson (11), Nachbar (7) y Pullen (0).

77 - Real Madrid (16+22+22+17): Llull (9), Rudy Fernández (19), Darden (2), Mirotic (17), Bourousis (2) -cinco inicial-, Draper (5), Reyes (9), Rodriguez (8), Carroll (2) y Slaughter (4).

Árbitros: Hierrezuelo, García González y Conde. Señalaron falta técnica a Slaughter y a Tomic, en el minuto 29. Eliminado por cinco faltas personales Reyes, minuto 40.

Incidencias: Partido correspondiente a la final de la Copa del Rey disputada en el Palacio de los Deportes Martín Carpena, de Málaga, ante 11.000 espectadores. Mirotic fue el "Jugador Más Valorado de la Final".