Ganando al poker, un juego de habilidad

  • Son muchas las matemáticas y cálculos de probabilidades que manejan los jugadores de póker para ganar las partidas.
  • Una estrategia dedicada a la optimización de porcentajes hace posible que un jugador se convierta en ganador.
Imagen de las pobladas mesas de uno de los eventos de las WSOP.
Imagen de las pobladas mesas de uno de los eventos de las WSOP.
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Imagen de las pobladas mesas de uno de los eventos de las WSOP.

Desde la infancia uno de los factores que nos motivaba a jugar cualquier juego era el de conseguir nuestra victoria sobre la de los amigos. Si uno quería ganar, los otros debían perder. En el poker esta motivación extra también está presente, exceptuando que la moneda de cambio es dinero real y no sólo el orgullo del vencedor.

¿Qué diferencia un jugador ganador de uno perdedor? Lo primero que hay que entender es que el poker no es un juego de azar y que existen jugadores sólidos que deciden vivir de este "juego" con éxito.

Lo segundo y no menos importante, destacar que si hay ganadores y perdedores en juegos como el bingo, la lotería o las tragaperras (juegos comúnmente llamados de azar), no es por su habilidad en el juego, si no por pura suerte. A la larga la matemática dicta que los jugadores de este tipo de juegos perderán.

Cualquier iniciado al poker se impresiona al ver la cantidad de matemáticas y probabilidades implicadas en el juego. Las matemáticas implícitas en el poker es un concepto difícil de entender a priori, pero tras horas de practica, se puede ver de forma destacada que además de la combinación de probabilidades, el ingrediente adicional a la receta es otro factor también muy relevante, la frecuencia.

Pongamos un ejemplo. Se reparten dos cartas a dos jugadores y ambos se ponen de acuerdo en ir allin (con todas las fichas) después de repartirse las cartas. Con ello, veríamos que no todos los pares de cartas tienen el mismo porcentaje de éxito. Si a uno de ellos le tocan dos ases (AA) y a su rival dos doses (22), nos encontraríamos con que los AA ganarán un 80% de las veces y aún perdiendo en un 20% de las ocasiones, serán ganadores a largo plazo.

Este escueto ejemplo demuestra por qué una buena selección de cartas, junto a otra serie de estrategias dedicadas a la optimización de esos porcentajes, hace que un jugador pueda a llegar a ser ganador. Por lo tanto, uno que juegue en situaciones con pares de cartas con menor porcentaje de éxito, a la larga, tendrá una estrategia perdedora.

Al entender este concepto, cualquier iniciado debería buscar situaciones ganadoras y comprender que hay jugadores que ganan no debido a la suerte, sino gracias a una habilidad conseguida después de horas de dedicación. El poker es un juego de habilidad, que requiere tiempo de aprendizaje, estudio y mucha práctica.

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