Hablamos con Jorge Pina, campeón de Europa de sable desde hace tres semanas. Sus objetivos ahora son los Mundiales de San Petersburgo (en octubre).

Es un plus. Lo importante fue ganar mi primer gran título.

Estaba pensando dedicarme a la ingeniería de minas, que me tendría que conformar con lo que tenía...

Esta medalla cambia muchas cosas. Soy el sexto del mundo y campeón de Europa. Ahora soy favorito y creo que puedo llegar más lejos.

No creo. Hace dos semanas empecé en Endesa. Trabajo por la mañana y me entreno por la tarde por los mundiales. ¡A ver cómo aguanto tanto delante de un ordenador!

Intentaré alargarlo, pero no sé si debería esperar demasiado para incorporarme al mundo laboral.

Poco. Me encanta salir con los amigos de copas, pero... a veces me llaman y estoy en China, en EE UU…

Sobre todo mis abuelos. Mi abuelo, cada vez que salgo en el periódico se pasea por Comillas a enseñarle la noticia a sus amigos. Mi padre me dice desde hace tiempo que a ver si trabajo ya en algo serio.

De pequeño tenía algún problemilla y empecé con el deporte para la coordinación. Cuando lo superé no quería seguir y mis padres me dijeron que hiciera algo. Pedí tiro con arco o esgrima, pensando que me pillaría lejos de casa.

Vivo a dos minutos de donde entreno, el 90% de mis amigos son de allí, es mi todo, mi vida.

En parte me haría ilusión, pero sería complicado destacar. Mi padre es ingeniero y sacaba matrículas, adelantó un curso… yo no he llegado a eso ni de broma.

Me gusta ver pelis de ese tipo, pero cuando dedican mucho a los combates, no, porque hay muchas inexactitudes.

En parte no me importaría, pero aquí, cuando te tocan, puedes remontar. En esa época, lo menos que podían hacerte era una cicatriz.

Madrileño, de 30 años, ha conseguido, entre otros triunfos, el oro en los Europeos 2007, seis campeonatos de España en varias categorías y bronce en los Juegos del Mediterráneo y en la Copa del Mundo. Además, es ingeniero de minas.