El deporte no se salva de los excesos de una sociedad cada vez más radicalizada. Un error humano sin consecuencias extradeportivas puede hacer que la vida de una persona corra peligro.

Esto le ha sucedido a Pierre Wome, defensor camerunés que tuvo la valentía de tirar una pena máxima en el último minuto que valía su peso oro. Estrelló el balón en el palo y Camerún no pudo pasar del empate ante Egipto, quedando fuera del Mundial 2006.

Mala suerte. Sólo fallan los valientes que se atreven a lanzar. Y si no que le pregunten a Djukic, Pellegrino o al mismísimo Roberto Baggio, cuyo fallo privó a Italia del Mundial de Estados Unidos en 1994.

Pero la eliminación del país africano ha supuesto un serio revés para la que está considerada como la mejor selección del continente.

Tanto es así que Wome ha visto como su casa y su coche, un modelo de la marca Mercedes, han sido destrozados por unos desconocidos en Camerún.

Por si fuera poco, también han tomado represalias contra su mujer, que ha visto como la peluquería que regenta ha sido dañada por unos vándalos. Aún así, parece que debemos gracias porque ninguno de los ataques causaron daño físico algun miembro de la familia de Wome.

Fuentes del Ministerio de Deportes de Camerún señalaron que el futbolista salió del país en un coche de policía nada más terminar el partido. ¿Exiliado por fallar un penalti?

Si no ponemos un poco de civismo la situación se nos puede ir de las manos. ¿O queremos que se repita un caso como el asesinato del colombiano Escobar tras meterse un gol en propia puerta en el Mundial de USA '94? Esto sólo es deporte.