La expedición de la montañera guipuzcoana Edurne Pasaban intentará alcanzar este viernes los 7.200 metros, en su camino hacia la cumbre del Annapurna, tras haber llegado este jueves al campo 3, a 6.400 metros, donde pasará la noche.

Los miembros del equipo abandonaron el campo 2 a las siete de la mañana para hacer frente a una ascensión en la que han soportado temperaturas "extremadamente frías", durante las primeras horas de la mañana, lo que ha ralentizado su ritmo y les ha hecho sentir "molestias sospechosas" en los pies.

Sin embargo, al aparecer el sol, se elevó pronto la temperatura y alivió la "sensación térmica" de los alpinistas, según el relato que aparece en la página web de la montañera de Tolosa.

Aunque el ritmo "no ha sido especialmente rápido", sí ha sido "sostenido", por lo que las expedición ha podido cumplir el objetivo previsto en una jornada "de vital importancia" para los planes de Pasaban.

A las 14:25 horas, el equipo comunicó con el campo base para informar de que se encontraban bien y que habían cubierto ya una de las partes "más complicadas" de la ascensión. En el campo 3 colocaron las tiendas y demás pertrechos y, además de cocinar, derritieron nieve para poder rehidratarse después del "enorme esfuerzo".

Este viernes el equipo al completo continuará su camino hacia la cumbre del Annapurna, de la que aún le separan casi 1.700 metros de desnivel, que cubrirá en dos jornadas, la primera hasta la cota de 7.200 metros, donde instalará el último campo de altura, y la del sábado, en que la alpinista espera lograr su decimotercer "ochomil".

Pasaban y el equipo de "Al filo de lo imposible" de TVE van por delante del resto de las expediciones que avanzan por la cara norte del Annapurna, por lo que deberán hacer el trabajo de abrir huella y equipar la ruta.