Con un 'partido del siglo' -o dos, e, incluso, tres- en cada temporada y con una final de Champions a las puertas, los más viejos del lugar tendrán en la memoria lo que, para ellos, es el mejor partido de la historia del fútbol.

Final de la Copa de Europa en Gklasgow. Aquel 18 de mayo de 1960 quedó en la historia del deporte rey. Jugaban el Real Madrid y el Eintracht de Frankfurt, un equipo llamado a ser el que acabara con la hegemonía del Real Madrid en Europa. Pero la historia fue otra.

Hoy se cumple medio siglo de la que, para todos, sigue siendo la mejor final de Copa de Europa que se ha jugado nunca. Y del que, para muchos, ha sido denominado como el verdadero partido del siglo. Ese 7-3 que le endosó el Real Madrid al Eintracht de Frankfurt en Hampden Park con tres goles de Di Stéfano y cuatro del desaparecido Puskas permanece en la memoria de todos los aficionados mayores.

El equipo alemán se adelantó en el marcador, pero el Madrid le hizo un set en apenas 50 minutos. Para luego rematar el partido con el 7-3 definitivo. Un partido soñado que enamoró a los escoceses que abarrotaron el estadio, que albergó a más de 135.000 espectadores. Tanto fue así, que al día siguiente los jugadores fueron paseados por Glasgow en un autobús descapotable vitoreados por miles de escoceses.

Éste es el once que pasó a la historia hace hoy 50 años: Domínguez; Pachín, Marquitos, Santamaría; Zárraga, Vidal; Canario, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento.