Un empate en Recife, sin importar si el partido fue soso o intenso, bastará al mundillo del fútbol para afianzar sospechas sobre la comunión de intereses entre las selecciones de Estados Unidos y Alemania por una plaza en los octavos de final mientras Portugal y Ghana juegan por un milagro.
Los indicios surgen de aquí y allá apoyados en asuntos históricos y hasta sentimentales mientras los señalados se esquivan con argumentos de moral y ambición futbolística.
Jürgen Klinsmann, seleccionador de Estados Unidos, se encontrará mañana en Recife con sus compatriotas y a quienes en buen número dirigió desde el banquillo de el Mannschaft entre el 2004 y el 2006.
La amistad de Klinsmann con el seleccionador germano, Joachim Löw, que fue su ayudante en el Mundial 2006 en el banquillo de Alemania, echa más leña a las conjeturas que arden en la prensa.
"Soy muy amigo con Jogi (Löw), pero él hace su trabajo y yo el mío", explicó Klinsmann. "No es el momento para hacer llamadas amistosas, ahora es un asunto de negocios".
En la misma línea se ha expresado Löw de su mentor: "Jürgen y yo hemos tenido una muy buena y cercana relación por mucho tiempo. Siempre hemos intercambiado ideas, aunque eso seguro cambiará antes de enfrentarnos en la Copa del Mundo".
Nacido y criado en Alemania, pero de padre estadounidense, el mediocentro Jermaine Jones también debe encarar el dilema de encarar mañana a la selección de su país con la camiseta de Estados Unidos.
"Crecí en Alemania, mi madre es alemana, pero intentaré ganar y llevar a Estados Unidos a la siguiente fase", ha dicho el jugador de 32 años, autor en el empate ante Portugal de uno de los mejores goles del Mundial y del 2.300 en la historia del torneo.
Aquel 'partido de la vergüenza'
A Klinsmann le han recordado que el 25 de junio de hace 32 años, en el Mundial de España'82, Alemania y Austria protagonizaron "el partido de al vergüenza", llamado así por el descarado amaño de un resultado para clasificar ambas selecciones europeas y dejar en la cuneta a Argelia, una de las sorpresas de ese torneo.
"Eso ocurrió hace décadas y es parte de la historia de Alemania y no de Estados Unidos", respondió Klinsmann, de 49 años.
En el grupo G, Alemania y Estados Unidos comparten la cima con cuatro puntos mientras Ghana y Portugal cierran con uno.
Un ganador en ese encuentro renovará la esperanzas de ghaneses y portugueses, que a la vez necesitan una victoria por goleada para terminar de obrar el milagro de la clasificación.
El mejor del grupo G se cruzará en octavos con el segundo del H, en el que se perfilan Argelia y, con menos opciones, Rusia, pues a Bélgica le basta empatar con Corea del Sur para asegurar la cima.
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