Empezaría por el casco antiguo. Después, la ciudad nueva, la plaza de toros, los callejones y las escaleras, hasta las Casas Colgadas. Una vez fuera del casco urbano, enseñaría los parajes que rodean las hoces, con la del Huécar y la Ciudad Encantada al frente, y terminaría en el nacimiento del río Cuervo.

 

 

No debería de haber problemas siempre que se quede uno a hacer noche y ver Cuenca iluminada; es preciosa.

 

 

Además, en Cuenca se come muy bien; recomendaría el gazpacho y cualquier plato de cuchara. Pero si a uno le da por comer en el campo con la familia o los amigos, lo mejor es encontrar a alguien que le prepare unas buenas gachas.

 

 

Es el lugar ideal. Una ciudad encantada como Cuenca invita a enamorarse. No es raro que aquí iniciasen su luna de miel Don Felipe y Doña Letizia: un paseíto, una buena  cena y derechitos a la cama.

 

 

Sí, y tengo varios amigos que pertenecen a diversas cofradías, pero a ninguno le gusta que se diga procesión de los Borrachos, prefieren llamarla de Las Turbas.

 

 

Mis amigos acuden un poco alegres; es lo suyo y la fama es merecida, pero yo no me puedo permitir según qué alegrías. Además, siempre me retiro pronto. Soy de los que disfrutan esas fiestas en las vísperas, en viernes, que es cuando mejor se pasa.

 

 

No, nunca lo he hecho.

 

 

Ah, claro, ya sé a qué se refiere, y es cierto. Tarancón es la villa de las pipas de calabaza. A mí me encantan, y todo el mundo me pregunta por ellas. Es de lo más típico de la región.

 

 

Me encanta, puedes ir andando a cualquier parte; las ciudades me agobian. Madrid, por ejemplo, me supera en algunos aspectos y, a pesar de que llevo muchos años entrenando y viviendo en la capital, no me acabo de habituar. En verano cambia para bien, pero en invierno me chupo muchas horas de frío esperando el autobús que me lleva al lugar de entrenamiento.

 

 

Quizá, pero uno no puede pasarse el día entero corriendo de un lado para otro, por muy buen fondista que sea.

 

 

Estaría lo justo para ver cómo y en qué condiciones se entrenan sus grandes atletas, pero no creo que pudiese aguantar más de seis meses.

 

 

Sí, pero es envidia sana. La verdad es que es un gran espectáculo correr con ellos.

 

 

Es difícil; cuando crees que les tienes tomada la medida, aparece otro mucho mejor.

 

 

Es un excelente método para entrenarse en altitud. Ahora mismo no duermo en ella, sólo la utilizo cuando se acerca alguna competición seria. Es un artilugio excelente y, sobre todo, natural, y los resultados que he conseguido esta temporada así lo demuestran. Es lo mejor que he conocido hasta ahora para regenerar los glóbulos rojos y dar descanso a los músculos.

 

 

La verdad es que estoy en mi mejor temporada.

 

 

Es la mejor noticia que tengo para ir con una gran confianza a los mundiales. Toda la preparación de esta temporada va orientada a hacer un papel inmejorable en el Campeonato del Mundo.

 

 

No, al contrario, soy casi igualito que Bekele. Él tiene un poquito más de masa muscular y, ahora mismo, soy casi más negro que él.

 

 

Es mi destino final, y espero estar disputando esa prueba en dos o tres temporadas.

 

 

¿Su plato favorito? La pasta.

 

¿Una bebida? El agua.

 

¿Una ciudad? Santander.

 

¿El clima ideal? El mediterráneo.

 

¿Una película? Braveheart.

 

¿Un actor? Clint Eastwood.

 

¿Una actriz? Penélope Cruz.

 

¿Música? Los Beatles.

 

¿Un día perfecto? Un domingo.

 

¿Un personaje histórico? Cristóbal Colón.

 

¿Qué detesta? La hipocresía.

 

 

Juan Carlos de la Ossa fue segundo el pasado domingo en la Carrera de Manchester, sobre 10.000 metros en ruta, sólo superado por el casi invencible atleta etíope Haile Gebreselassie (27:25). Pero los 27:55 del conquense le sirvieron para batir su propio récord de España y para convertirse en el primer español que baja de los 28 minutos. De la Ossa sufrió mucho en la carrera, porque intentó sobrepasar a Gebreselassie, pero la hazaña fue imposible.

 

 

Nació en Tarancón (Cuenca) el 25 de noviembre de 1976. Mide 1,68 metros y pesa 50 kilos. Es plusmarquista español de 10.000 metros con un espectacular registro de 27 minutos, 55 segundos, logrado este mismo año. También se proclamó Campeón de España de cross largo en 2004 y 2005.