Los jugadores del Sevilla intentaron ayer mantener la calma en vísperas de la final de la UEFA contra el Midd-lesbrough, pero ninguno pudo ocultar que las horas se hacían «interminables». Además del entrenamiento preparado por Juande Ramos y de la charla técnica, la plantilla tuvo que ingeniárselas para matar el tiempo sin pensar demasiado en el encuentro.
Algunos jugadores optaron por jugar a la consola en la habitación del hotel, situado en la localidad de Oistervijk, cercana a Eindhoven; otros, más activos, salieron a pasear por los inmensos bosques que rodean el cuartel general del Sevilla y algunos se atrevieron, incluso, con el minigolf.
El objetivo era relajar la mente antes del partido más importante en la historia del club, ya que, por primera vez, el Sevilla disputará una final europea. No obstante, el partido también será especial para el Middlesbrough inglés, pues tampoco ha conquistado jamás un título continental.
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