La de Caracas llega a París con las buenas sensaciones de Roma, las cuales tratará de alargar y no convertir en un oasis de buen juego. Y es que la actual número cinco del mundo, disfrutó en la capital italiana de sus primeras victorias en una desastrosa gira sobre tierra. En Roma, una lesión en el cuello le impidió disputar las semifinales ante la ucraniana Elina Svitolina.
Muguruza vio frenada su gran semana pero no puso en duda su presencia en París, a donde llega preparada para mantener el ritmo alcanzado hace dos semanas. La hispano-venezolana recuperó un juego lleno de dudas con las derrotas a las primeras de cambio en Stuttgart y Madrid. La dureza de un 'grande' no es nueva para la campeona, algo que le puede ayudar sin duda a afrontar la cita con garantías.
La cabeza le ha jugado malas pasadas a una Muguruza con altibajos en los partidos, capaz de lo mejor y lo peor. En París, el año pasado en una final ante Serena Williams, alzó su primer y único 'Grand Slam' y se convirtió en la primera española en ganar Roland Garros desde que lo consiguiera Arantxa Sánchez Vicario en 1998.
Finalista en 2015 de Wimbledon, Muguruza no ha logrado afianzar su papel de favorita en las grandes citas por la falta de resultados. En París, sin la menor de las Williams, sin una Maria Sharapova que no recibió invitación, el panorama es distinto al de los últimos años.
Más si cabe con la eliminación este domingo de la número uno del mundo, la alemana Angelique Kerber, o las dudas físicas de Simona Halep, campeona en Madrid y finalista en Roma. La española Carla Suárez quiere meterse en la pelea de la segunda semana, al igual que Dominika Cibulkova o una tenista en buena forma como la francesa Kristina Mladenovic.
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