La selección española ya tiene nuevo Director Deportivo. Es José Francisco Molina, exportero que fue nueve veces internacional y que pasó por Valencia, Alzira, Villarreal, Albacete, Atlético de Madrid, Deportivo y Levante, hasta que se retiró en 2007.

Su paso por la Roja tiene dos momentos inolvidables, sobre todo el primero. El 24 de abril de 1996, España estaba preparando la Eurocopa de 1996 con un amistoso en Oslo ante Noruega cuando el defensa rojiblanco Juanma López cayó lesionado y se tuvo que retirar lesionado.

Sin embargo, al entonces seleccionador, Javier Clemente, no le quedaban jugadores de campo en el banquillo. El vasco no lo dudo, llamó a Molina, y le hizo debutar... ¡como jugador de campo!

El valenciano, lejos de arrugarse ante el reto, jugó como extremo izquierdo, y lo intentó todo. De hecho, hasta estuvo a punto de marcar un gol, pero su disparo desde la frontal del área se marchó desviado en un encuentro que finalizó con empate sin goles.

Su debut como portero no se produjo hasta 1999, y  justo antes de la Eurocopa de 2000, hubo un gran debate sobre quién debía ser el guardameta titular de España en la Eurocopa, puesto por el que pugnaban Cañizares y el propio Molina. José Antonio Camacho se decidió por el arquero valenciano para el debut ante, precisamente, Noruega, pero la cosa no fue bien. Una mala salida del arquero la aprovechó Iversen para hacer el único gol del partido y darle la victoria a los escandinavos.

Tras el desafortunado debut en una competición internacional de Molina, Camacho decidió cambiar de portero y le dio la alternativa a Cañizares, que fue ya el titular el resto del torneo, hasta la eliminación en cuartos de final ante Francia con aquel inolvidable penalti fallado por Raúl.