Mireia Belmonte no lo ha pasado bien desde que acabaron los Juegos de Londres, en los que la nadadora catalana logró dos medallas de plata. Rompió con su club y con su entrenador en septiembre, se marchó a entrenar a Francia y su experiencia en estos cuatro meses no ha sido nada satisfactoria, como reconoce ella misma: "Llegué a pensar en la retirada, no veía la salida".

Tras perderse el Europeo y el Mundial de piscina corta, el futuro de Mireia se ha aclarado. Ha fichado por la Universidad Católica de Murcia (UCAM) CN Fuensanta, donde estudiará además la carrera de ADE, y entrenará en Sabadell junto a su exentrenador Fred Vergnoux.

Su ruptura con Vergnoux no fue amable, el francés la llegó incluso a acusar de que él éxito se le había subido a la cabeza, pero la nadadora quiere pasar página: "Hemos querido dejar el pasado atrás y centrarnos en el futuro, que es lo importante".

Además, Belmonte reconoce que volver a entrenar en Sabadell le ilusiona: "Es el ambiente en el que he estado en los dos últimos años y sigo entrenando con mi entrenador, que es lo que quería".

Su experiencia en Francia no fue todo lo buena que ella esperaba, como la propia nadadora reconoce: "El ambiente es extraordinario, el entrenador también lo es, pero aquí tengo a mi familia y a mis amigos, no me sentía cómoda".

El próximo mes de julio se disputa en Barcelona el Mundial de natación y Mireia, que reconoce estar con agujetas en su regreso a los entrenamientos de alto nivel, asegura que llegará en buena forma.

"Llegamos a tiempo, quedan seis meses, pero lo importante es llegar antes en forma al Open que se celebra en Pontevedra para lograr la mínima".