La sesión de entrenamientos de ayer en el circuito de Jerez no fue buena para McLaren ni para Lewis Hamilton. Pocas vueltas después de salir, el británico se tuvo que volver a boxes y perdió gran parte de la mañana por fallos en los frenos y el motor de su monoplaza.

"Tuvimos algunos problemas con los frenos y paramos hasta tenerlos solucionados. Estamos dedicando el día a aprender lo máximo posible del coche", apuntó en una rueda de prensa, que se vio adelantada precisamente por esos fallos.

Sin embargo, lo que más preocupa a Hamilton, que es consciente de que necesita de ello para que su coche llegue a su mejor nivel, es el "trabajo aerodinámico, pero hay poco tiempo para dar los pasos adecuados y no debemos equivocarnos con el camino escogido", apunta el británico, que ayer consiguió solo el séptimo mejor tiempo, de ocho pilotos que realizaron las pruebas.

"Todavía no sé a qué nivel estamos en estos momentos de la pretemporada, aunque lo importante es cuando empieza el campeonato, y es evidente que queda mucho trabajo por hacer antes de llegar a Australia", apuntó el piloto.

Eso sí. Hamilton se mostró muy contento con los slick ("me van muy bien para mi estilo de pilotaje"), el KERS, y destacó el trabajo de los Toyota, Renault (del que dijo que "va muy bien") y BMW: "Vamos a tener competencia directa este año", comentó. Por otro lado, valoró el coche de 2009 como "muy similar al del año pasado".