Olga Matveeva (San Petersburgo, 20-12-1975), del Club de Voleibol Majadahonda, ama España. En 1999 llegó de Rusia. Dos años después se casó con Mané y en 2002 nació su hija Tania. En 2004 se nacionalizó y este año, con 32, ha sido nombrada mejor jugadora de España de voley playa.

¿Lo ha celebrado?

No he tenido tiempo porque siempre estamos de viaje y después de darme el premio me fui a jugar a Berlín.

¿Le da tiempo a visitar las ciudades en las que compite?

No. Si pierdes, al día siguiente te vas para casa. En París veremos la torre Eiffel porque la pista está al lado de ella.

¿Os dicen muchas burradas los espectadores?

Algún piropo al estilo camionero, pero con gracia.

¿Esther Alcón y tú sois una de las parejas más veteranas?

Sí. Ella va a cumplir 38 años y yo 32. Seguro que además somos el equipo más bajo del circuito porque Esther mide 1,72 metros y yo 1,75.

¿No le fue bien con parejas más jóvenes?

La verdad es que tuve problemas con otras compañeras de menor edad. En Rusia, el deporte es una profesión; aquí, algunas se lo toman como un hobby y no se centran.

¿Cómo fue su adaptación al llegar a España?

Muy bien. Desde que llegué siempre he estado al lado de Mané. Él fue a recogerme al aeropuerto, me dio una habitación en su casa, fue mi entrenador y, del día a día, surgió el amor.

Y su hija Tania.

Tiene seis años y desde que tenía 1 o 2 siempre se sube conmigo al podio cuando ganamos algo. Está muy atada a mí.

¿No le da vergüenza?

Ahora un poquito más, pero sigue haciéndolo.

¿Practica ella el voleibol?

Le gusta y le pega bastante bien. Cuando Esther y yo estamos calentado se pone a tocar con nosotras, pero, por ahora, la hemos apuntado a clases de tenis.

¿Esther y tú estaréis en los Juegos de Pekín?

En julio se sabrá, pero es difícil, ya que se clasifican las 24 mejores jugadoras del mundo y, en estos momentos, nosotras ocupamos el puesto número 34.

Jugadora, madre y entrenadora

Su profesión es ser jugadora de voley playa, pero Olga tiene más ocupaciones: "Desde que dejo a mi hija Tania por la mañana en el colegio no paro hasta las 10 de la noche, que vuelvo a casa. Dirijo a los equipos juvenil y cadete femenino de Majadahonda, doy clases de mantenimiento al aire libre a personas mayores y, por su puesto, tengo que entrenar".

Matveeva se decantó por la arena de la playa tras sufrir una lesión de rodilla. "La pista no me favorece", reconoce una deportista que, desde 2005, hace pareja de juego con Esther Alcón.