Marc Márquez tiene en su mano proclamarse pentacampeón del mundo de MotoGP, y por tanto heptacampeón del mundo de motociclismo si se unen los títulos de 125cc y Moto2. La victoria en Burinam le dejó muy abiertas sus opciones, aunque tendrá que estar muy pendiente de lo que hacen Andrea Dovizioso y Valentino Rossi, los únicos que matemáticamente lo pueden impedir.

La opción más sencilla para Márquez es ganar. Si entra en primer lugar en la meta de Motegi el domingo, entrará en el selecto club de los cinco veces campeones del mundo de MotoGP. Es el gran favorito para la prueba: no en vano ha ganado tres veces aquí (2010 en 125cc, 2012 en Moto2 y 2016 en MotoGP), curiosamente siempre en año par.

Este año, además, Márquez está en un estado de gracia. Sus duelos, no sin polémica, con los hombres de Ducati (especialmente Dovizioso y, en las últimas carreras, su futuro compañero Jorge Lorenzo) le han obligado a esforzarse al máximo. No obstante, de las 15 carreras disputadas, se ha subido al podio en 12 de ellas, de las cuales 7 han sido en lo más alto.

Es por ello que para este fin de semana, Márquez es el gran favorito, e intentará atar el título a las primeras de cambio. A falta de cuatro carreras, incluida la de Motegi, el de Cervera tiene 271 puntos por 194 de Dovizioso. Son 77 puntos de ventaja con 100 en juego, lo que supone un enorme colchón a favor del español.

De esta manera, Márquez será campeón básicamente si acaba por delante de Dovizioso. Para Rossi, sus únicas opciones pasan porque Márquez no puntúe y él gane la carrera: