Lydia Valentín: "Siento que falta mucho para que haya una halterofilia limpia"

  • La halterófila española recibió la plata de Pekín 2008 diez años después.
  • "No tengo rencor, pero una persona que se dopa deja de ser deportista", dijo sobre sus rivales que la superaron haciendo trampas en pasados Juegos Olímpicos.
  • "Al final ganan los buenos, ellas ya no tienen medallas olímpicas", sentenció.
Lydia Valentín tras recibir su medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 diez años después.
Lydia Valentín tras recibir su medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 diez años después.
JORGE PARIS
Lydia Valentín tras recibir su medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 diez años después.

Pocas cosas más injustas en el deporte que ser superado por uno o varias rivales que se han dopado. Y, por ello, hay una deuda que saldar con Lydia Valentín. Este martes, se hizo en parte, pues recibió una medalla en un emotivo acto en el COE casi diez años después, la plata que logró en Pekín 2008. Allí quedó quinta, pero tres de sus oponentes dieron positivo en años posteriores, lo que le ha hecho ascender al segundo escalón del podio. Ahora, falta su oro de Londres 2012, donde fue cuarta, aunque en realidad era la mejor.

Visiblemente emocionada y, sobre todo, feliz, la halterófila de Ponferrada atendió a 20minutos:

Mucho tiempo esperando este momento, recibir su medalla de plata de Pekín 2008.

Sí, desde que me enteré en 2016 que era subcampeona olímpica llevo esperando. Mucha ilusión, ha sido un acto precioso, muy cariñoso por parte del presidente del COE y todo el mundo que ha venido a arroparme y lo ha sentido igual que yo. Ya tengo mi medalla después de 10 años, ahora a disfrutarla.

En 2016, dijiste en una entrevista con 20 minutos: ‘quién me devuelve mi momento’, cuando sabías del dopaje de tus rivales y que te iban a dar la medalla. ¿Tiene la sensación de que, al menos en parte, se le ha devuelto ese momento especial que merecía?

En parte, sí. Siento que con este acto tan bonito se me ha devuelto mucho. No va a ser como in situ, la emoción del momento, de haber conseguido allí la medalla, del público, volver a tu país siendo subcampeona olímpica… así que no, no es lo mismo. Pero esto ha hecho que merezca la pena, lo he vivido de manera diferente, pero muy bonita también. Soy feliz.

"No son deportistas", ha dicho sobre sus rivales a las que les han pillado haciendo trampas. ¿Tiene un poco de rencor?

Realmente no, hacia ellas no tengo rencor, porque al final ganan los buenos, ellas ya no tienen medallas olímpicas. Se llevaron el momento, pero de qué sirve, no vale ganar de cualquier manera. No tengo rencor, pero cuando una persona se dopa, deja de ser deportista.

¿Tiene la sensación de que algo está cambiando en la lucha contra el dopaje, que no se van a volver a subir a un podio deportistas tramposos?

En tanta cantidad, quizás. Se están cortando mucho, pero siento que falta mucho para que haya una halterofilia limpia. Hay dos tipos de halterofilia, la oscura y la que realmente es de verdad.

2017 fue muy bueno, repleto de medallas europeas y olímpicas. 2018 ha empezado muy bien, con este acto. ¿Y ahora?

Muy motivada, en nueve semanas tengo el campeonato de Europa para el que me estoy preparando. Tengo muchísimas ganas de ir, de prepararlo, es el camino, mi último ciclo olímpico para Tokyo 2020.

Se la veía dar constantemente las gracias. ¿Algún agradecimiento especial?

Esa ha sido mi palabra de hoy, porque sin todo el equipo que tengo alrededor nada de esto podría haber sido posible, yo sola no hubiera podido conseguir una medalla. Comenzando opor mi familia, que es la base de todo, ellos han estado hay siempre. Y obviamente mis entrenadores, el que me inició, el que me dio ese amor por la halterofilia, el que siguió potenciándome. Médicos, fisios… todos.

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