Su rostro reflejaba un rictus de satisfacción que no transmitían sus palabras, más cerca de esa lejanía que marca con unos medios de comunicación (que no suele consumir) que de la alegría contenida. A Luis Enrique le cuesta menos subir con su bicicleta el más duro de los puertos de los Dolomitas que una rueda de prensa o que una comparecencia de las protocolarias por cuestiones de derechos televisivos.  "¿Tú que crees que le he podido decir?", le comentó a un periodista que le cuestionó sobre su intercambio de palabras con Pep Guardiola: "Somos dos amigos que nos deseamos suerte".

"No es un acicate para mí vivir la final como entrenador por no haberla logrado como jugador. Es diferente uno y otro ámbito. Mi carrera como futbolista considero que fue muy fructífera y en este sentido no tengo ninguna cuenta pendiente", destacó ante las cámaras de TVE. Tampoco quiso pronunciarse entonces sobre sus preferencias como rival en Berlín; sobre ese respecto ya no se le preguntaría en la sala de prensa.

Cuestionado sobre el encuentro, plácido para los intereses del Barça, el asturiano señaló: "Yo que sí he sufrido, cada eliminatoria plantea sus complicaciones. Un resultado tan bueno como el de la ida exige mucho al rival.  Han marcado pronto y eso puede plantear dudas, pero hemos respondido rápido, hemos  ganado en confianza y a partir de ahí el equipo ha estado bien y nos hemos ido al descanso por delante. La segunda parte nos ha costado mucho, hemos perdido infinidad de balones y nos ha costado más. Pero el objetivo era maravilloso. Estamos a una victoria en cada competición para ser campeones".

También quisieron preguntarle a Luis Enrique sobre la contribución de Andoni Zubizarreta, despedido por el club en enero pero artífice del fichaje del portero Ter Stegen, del delantero Luis Suárez e incluso el suyo como técnico: "Hablaré al final de temporada de todas esas circunstancias que ya he comentado por activa y por pasiva. Es evidente que todo esto es de los que formamos parte del Barça y es un momento para disfrutar".

En relación a las virtudes de Messi, Luis Suárez y Neymar como sociedad ofensiva en la que destaca la solidaridad, consideró: "Son muchas las virtudes que tienen, que se entienden bien es evidente; que no son egoísta y que son solidarios, también; y que los tres se buscan. Todo es más difícil para los rivales". "Las sensaciones son muy positivas. Estamos a 90 minutos de ser campeones en las tres competiciones en las que iniciamos esta andadura", concluyó.