Es la era de los superequipos en la NBA, ya no hay duda. La aplastante victoria de los Golden State Warriors la temporada pasada, en la que solo perdió un partido en todos los playoffs, ha hecho que los equipos candidatos al anillo se refuercen acumulando todas las estrellas posibles. El último ha sido el equipo de LeBron James: Dwyane Wade ha firmado por los Cavs.

Cuatro All-Stars juntaron los Warriors el año pasado. A Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green se unió Kevin Durant, formando un equipo llamado a dominar la NBA durante muchas temporadas. La primera no pudo ser más exitosa, y culminó no solo con el título, sino con una gran superioridad sobre todos los rivales.

El verano no pudo ser más movido, y las estrellas de la mejor liga de baloncesto del mundo se unieron entre ellas para intentar plantar cara a los de Oakland. Así, Chris Paul dejó los Clippers para unirse a los Rockets (tercer mejor equipo de la NBA en temporada regular) para jugar junto a James Harden. Paul George pasó de los Pacers a los Thunder para unirse al MVP Russell Westbrook y los Celtics añadieron a Gordon Hayward y Kyrie Irving a su proyecto, en el que ya estaba Al Horford.

Pero aún había más, y Carmelo Anthony cerró su etapa en los Knicks para unirse también a los Oklahoma City Thunder, que forman un trío impresionante con el que aspirar a todo.

Con este panorama, y tras perder a Kyrie Irving, faltaba Cleveland por mover ficha. El equipo de LeBron, finalista en los últimos años y campeón hace dos, necesitaba algo más para poder hacer frente a todos sus rivales. Lleva James siete años sin faltar a unas Finales de la NBA, y para repetir presencia ha tirado de un viejo amigo: Dwyane Wade.

La alianza entre ambos en 2010 fue un terremoto en la competición. La denominada ‘The Decision’ cambió la NBA y juntó en Miami a Lebron, Wade y Bosh, llevando a los Heat a cuatro finales que supusieron dos anillos.

En 2014, James decidió volver a su Cleveland natal, donde ha llegado a tres Finales, siempre encontrándose en el camino a los Warriors. Después de una victoria y dos derrotas, la última de ellas de manera contundente hace unos meses, la salida de Irving, la otra gran estrella del equipo, por supuestas desavenencias con Lebron ha hecho que Cleveland se tenga que reinventar.

Han llegado Isaiah Thomas (aunque lesionado hasta enero) y Jae Crowder de Boston, un ex MVP como Derrick Rose que trata de recuperar su mejor versión y ahora los caminos de Wade y James vuelven a juntarse. No es ya ‘Flash’ el jugador estelar de su época de Miami, los años (35) pesan, pero aun así es un refuerzo de lujo para un equipo veterano, sí, pero con calidad suficiente para plantar cara a cualquier rival: tiene tres jugadores que fueron nombrados mejor jugador de la Liga y tres All-Star. LeBron ya tiene su superequipo.