Manual del hincha supersticioso antes de ElClásico: nunca el 13, los penaltis de espalda y las líneas ni pisarlas

Dícese de la creencia contraria a la razón. La definición que así aparece en el Diccionario de la RAE, google mediante, corresponde a la palabra superstición. Creencia alejada del cerebro y más cercana a otros territorios de menos pensar y más sentir. Normal, pues, que las supersticiones hayan encontrado acomodo en un terreno donde el corazón late sin freno: el fútbol, LaLiga, una competición y millones de maneras de vivirla por cada aficionado. Y en la semana de ElClásico de LaLiga, muchos hinchas desempolvan esa pequeña manía o ese extraño ritual, convencidos de que la suerte vestirá del color de su equipo siempre que no lo descuiden. Y no, no hay razón alguna, pero sí, es una creencia, una certeza casi matemática para ellos.

Sergio Rodríguez, el hincha madridista y 'anti-13'

En el caso de Sergio Rodríguez, hincha almeriense del Real Madrid desde que se acuerda, la superstición tiene dos cifras con asiento preferente en el decálogo del mal fario. "Siempre evito ver el número 13 en el marcador, ya sea en la zona de minutos como en los segundos. Cuando sé que llega esa cifra, no miro la televisión. Empecé a hacerlo con 7 años y no sé por qué, pero si consigo no ver ese número durante todo el partido, el Madrid gana". No queda ahí el pequeño ritual de Sergio, pues en cada partido importante se viste de gala con sus calzoncillos de la suerte. "Y además, sea a la hora que sea, todo lo que tenga que hacer ese día tiene que estar acabado antes de que empiece el partido. Siempre".

Manuel Serrano (izquierda) y Josep, eternamente culés

Josep y Manuel Serrano Ballesteros son hermanos, tienen 73 y 64 años y nacieron justo al lado del antiguo campo del Barça de Les Corts, el que dio el nombre a los culés: "¡Cómo no vamos a ser del Barça!". En su caso, la distancia -uno vive en Barcelona y otro en Tarragona- no ha debilitado su ritual antes de cada Clásico. "Desde hace más de 40 años siempre vemos juntos el partido por televisión porque es una tradición familiar que no se puede perder" dice Manuel. Además, siempre en el mismo lugar, el bar Ciurana en el barrio de Les Corts, cerca de donde nacieron. "El espíritu culé es muy crítico y de mucho sufrimiento durante todo el partido, y eso hay que compartirlo. Se lleva mejor" ríe Manuel. "Hasta que no ganamos por 5 no disfrutamos", apunta Josep. "Y si perdemos, el enfado es monumental", aseguran.

José Francisco Iglesias, alérgico a la prensa

Dime desde dónde ves el partido y te diré cómo lo veo. En el caso de José Francisco Iglesias, hincha y socio madridista, hay una máxima clara durante el 'preclásico': ni ver, ni oír, ni leer: "Durante los días de antes no leo periódicos deportivos, no escucho programas en la radio ni veo cosas de la tele donde pueda hablarse del choque. Lo hago desde que fui a Ámsterdam a ver la Séptima. Llegué al campo y no sabía ni los onces, y me dio resultado".

El ritual se amplía cuando José Francisco está en el Bernabéu: "Los penaltis nunca los veo, siempre me doy la vuelta. Eso fue desde que vi aquel de Sergio Ramos ante el Bayern que se fue al cielo. Y nunca cedo mi asiento a ningún compañero o a mi familia, porque creo que puede dar mala suerte. Siempre en mi sitio, de principio a fin".

Patricio Fernández no es Jack Nicholson y asegura que nada tiene que ver con él ni con el personaje que le dio el Oscar. "Vi la película de Mejor imposible y me hizo mucha gracia, pero no, no somos iguales. Yo no tengo tantas manías como él, solo unas pocas". En el caso de Patricio, su camino hacia el Camp Nou antes de cada clásico es un eslalon entre trincheras. "Intento no pisar ninguna línea o raya. Como casi es imposible evitarlas todas, cuantas menos, mejor. Eso sí, los pasos de cebra como cualquier peatón, ¿eh?". Preguntar a Patricio por el origen de su superstición es inútil, no lo conoce, ni tampoco su causa. Total, son creencias que huyen de la razón, pero sus creencias, al fin y al cabo.

Que escapen de la razón del dueño no significa que las supersticiones no tengan un porqué. "Son compulsiones para reducir la ansiedad que al aficionado les producen ciertos pensamientos", explica la psicóloga Ana Gaudioso, que añade: "Se basa en el pensamiento simpático". Su colega María Martínez va más allá: "El origen viene de las rutinas. Todos encontramos secuencias de acciones que nos facilitan la ejecución de tareas y que nos liberan espacio en la mente. Por eso llegamos a ese punto de decir 'pues me pongo la misma camiseta'".