A sus 32 años, el ala-pívot de la NBA Keon Clark (ficha en NBA.com) podía estar jugando en algunos de los equipos de la NBA por donde pasó (Nuggets, Raptors, Kings, Jazz o Suns) como otros muchos jugadores veteranos.

Pero Clark es un hombre con dependencia del alcohol y las drogas. Hace nada ha reconocido que no es un problema de hace unos años, al parecer siempre tuvo problemas con la bebida. "Nunca jugué un partido sobrio, desafortunadamente. Nunca paré", ha declarado el jugador a la cadena ESPN.

Reconoce que casi todos los días se bebía casi tres cuartos de litro de ginebra, a veces la ingería en el mismo vestuario, antes o durante los partidos.

Ahora, espera en una cárcel de Illinois (Estados Unidos) una sentencia definitiva a los cargos de posesión de marihuana y sustancias estupefacientes, además de por posesión ilegal de armas de fuego y otra por conducir con el permiso caducado. Le detuvieron el pasado mes de octubre.

En septiembre recibió una oferta formal de los Indiana Pacers para volver a jugar. Ésta fue su respuesta a un diario: "He ganado más dinero del que iba a gastar durante el resto de mi vida y pudiendo vivir haciendo lo que me gusta (jugar al golf y estar relajado), paso de seguir machacando mi cuerpo pegándome en la NBA con tíos de 150 kilos", respondió en una entrevista al Toronto Live Journal.

Se retiró en 2003 sin apenas dar explicaciones, año en el que su padre fue condenado a 65 años de cárcel por asesinato. Por aquel entonces, los Knicks esperaban firmar un contrato con él que nunca formalizó.