Ángel María Villar se ha encontrado con el resguardo de un rocoso baluarte en su pulso contra el Consejo Superior de Deportes y la Liga de Fútbol Profesional para no justificar ciertos gastos de subvenciones públicas ni tampoco permitir que sus cuentas sean auditadas: el del fútbol  no profesional. Un apoyo numeroso, sin tanto músculo mediático, pero sí mucho en cuanto a pasión y vinculación, que ha manado con el desarrollo de una Ley de Emprendedores que impacta de lleno contra ese fútbol más modesto.

En el ámbito del balompié, la norma que prepara el Ministerio de Empleo y Seguridad Social se traduce en una regularización de todas las actividades que conlleva ese fútbol lejos de los grandes focos, pero tan valioso a nivel de cantera y formación, puesto que los clubes tendrían que dar de alta en el régimen de la Seguridad Social a todos sus colaboradores, cobre más o menos.

La primera voz de alarma llegó el pasado fin de semana desde el Principado de Asturias. El fútbol asturiano, en todas sus categorías desde Tercera División (delegada por la RFEF a las territoriales) hasta las categorías de base, optó por celebrar una jornada de paro como protesta por una medida que consideran desproporcionada. Un insulto de las administraciones públicas a un fútbol de base al que, directamente en muchos casos, pondrían al borde de la desaparición por la falta de recursos. Porque muchos familiares y amigos colaboran con pequeños clubes de forma completamente gratuita.

La Federación de Extremadura, tras mascar los acontecimientos durante el sábado, incluso el factor protesta por la reducción de las ayudas al fútbol formativo, ayudas procedentes de la quiniela, se decidió el domingo y el lunes oficialmente se convirtió en la primera que le daba continuidad al paro de Asturias. O que le dará, mejor dicho, durante este fin de semana del 14 y 15 de febrero. Desde entonces, una tras otra, se han ido sumando Cataluña, Cantabria, País Vasco, Castilla y León, Ceuta, Melilla, La Rioja, o la Delegación Interinsular de Tenerife. Ya se baraja el próximo 8 de marzo como fecha para una nueva jornada de huelga con todas las involucradas.

“Lo que se tendría que hacer es una moratoria de la aplicación de estas normas y comenzar a estudiar la aprobación de una ley que regule el deporte aficionado y que esté basada en la realidad que vive frente al profesional”, proclama José Ángel Peláez, presidente de la Federación Cántabra de Fútbol. “Entendemos que es totalmente inviable que los clubes puedan contratar a todas las personas que colaboran en la formación de jugadores, entrenadores, monitores y delegado”, aporta desde Melilla Diego Martínez.  “Las federaciones tampoco están de acuerdo con el reparto por la comercialización de los derechos audiovisuales de las competiciones profesionales, así como el reparto de los fondos provenientes de las quinielas y la discriminación efectuada entre el fútbol profesional y el fútbol aficionado", destacan desde la Federación de Vizcaya.

La Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha no detendrá sus competiciones, pero se suma a las protestas con la implantación de un minuto de silencio simbólico en el arranque de todos sus partidos de todas las competiciones al que también se vinculan los equipos castellanomanchegos en Segunda División B. El minuto de silencio ha sido la forma elegida por la Federación Asturiana, que ha creado una comisión de seguimiento y control, para darle continuidad a su protesta del pasado fin de semana durante éste, aunque en su caso se abordará en el arranque de cada tiempo. "Conscientes de que esta lucha puede ser larga, animamos a todos los clubes a participar en los actos que convoque esta comisión, manteniendo la unidad hasta la consecución de nuestros objetivos", subrayan en un comunicado.

Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) reflexionó este jueves sobre estas llamadas a la huelga y lamentó que el sustrato de estas convocatorias, si no esencialmente sí al menos de una manera importante, se cimiente sobre lo que calificó de “falso problema”: "Para el CSD estas huelgas se han asentado sobre un falso problema. Se habla de una cantidad de recaudación de las Quinielas y es una norma que ya no está en vigor, lo estuvo en 2013 y 2014. La cantidad que se dice que hay de diferencia es inferior al 0,3% del presupuesto anual de la Federación Española de Fútbol", comentó.

Tras los paros realizados el fin de semana pasado en el fútbol asturiano y los previstos el próximo por otras territoriales, Cardenal opinó que "es inverosímil pensar que se pueda convocar una huelga por una discrepancia que afecta a esta cantidad". "Si hay compensación de gastos y no hay entrega dineraria es voluntariado y no hay obligación de dar de alta. Si tiene dinero para pagar y no quiere incrementar el coste solo tiene que detraer el porcentaje que corresponde a la Seguridad Social. Es una falsa polémica decir que esto amenaza a las entidades deportivas y que eso va a provocar el cierre de las entidades deportivas que no pueden asumir estos gastos", aclaró.

Cardenal recordó que en 2014 el número de inspecciones en el deporte "es una cifra marginal inferior al 0,3%" y afirmó que "no es que haya una situación de alarma generalizada", antes de ser cuestionado de nuevo por las discrepancias de la Federación de Fútbol con el CSD y las acusaciones de injerencia gubernamental hechas por ésta. "Lo único que puede explicar la actitud de la Federación es lo que ha ocurrido en este tiempo reciente: hay algunos elementos de la auditoría que nos han parecido que requerían unas precisiones ulteriores que hemos solicitado, están en trámite unos expedientes y es posible que se tengan que producir unos reintegros sobre la manera en que se ha usado por la RFEF, en 2010 y 2013, el dinero que se le entrega de la recaudación de las quinielas, que es dinero público para la construcción de campos de fútbol", concluyó.