"¡Me encuentro mucho mejor! Aquí me siento muy seguro y me puedo concentrar en mí mismo", declaró el exdeportista en una entrevista publicada este viernes por el diario germano Bild.
"Por las mañanas y por las noches me someten a análisis de sangre y de orina para ver si tengo sustancias en el cuerpo. También me hacen pruebas de alcoholemia", agregó.
Durante su estancia en la clínica, a Ullrich también se le permite llamar por teléfono a sus tres hijos, quienes en la actualidad viven con su ex mujer. "Los chicos son mi medicina", confesó.
Ullrich fue detenido hace dos semanas tras agredir presuntamente a una prostituta en un hotel de lujo de Fráncfort. De acuerdo con la Fiscalía, estranguló a la mujer y cuando lo arrestaron estaba "bajo los efectos del alcohol y de las drogas". Las autoridades investigan todo lo ocurrido bajo la acusación de intento de homicidio y lesiones corporales graves.
La detención llegó unos días después de que Ullrich fuera detenido por la Policía española tras asaltar la casa de su compatriota, el actor y director de cine Til Schweiger, en la isla de Mallorca.
Ullrich, de 44 años, quedó en libertad al día siguiente tras prestar declaración ante el juzgado de Palma, pero pesa sobre él una orden de alejamiento de 50 metros sobre su vecino Schweiger.
Tras el incidente, el ex ciclista afirmó estar arrepentido y querer someterse a terapia para solucionar sus problemas desde que su mujer Sara le abandonara llevándose a sus tres hijos de once, nueve y cinco años a Alemania.
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