Pesadilla para Croacia. Todo iba sobre ruedas en su partido ante la República Checa, pero al final, dejaron escapar una victoria casi segura, y todo por culpa de sus hinchas.
Quedaban menos de cinco minutos para el final del encuentro y Croacia, que llegó a ir con dos goles de ventaja, ganaba por 1-2. Tenían la victoria en sus manos, lo que significaba el pase a octavos de final.
Fue entonces cuando desde el fondo del estadio Geoffroy-Guichard de Saint Étienne que la hinchada croata ocupaba, cayeron una docena de bengalas al césped. El árbitro inglés Mark Clattenburg decidió parar el encuentro, mientras los 'stewards' de la UEFA retiraban los artefactos. Lo grave fue que poco después, un petardo estalló, afectando a uno de los vigilantes.
Los jugadores croatas, con su capitán Darijo Srna, Ivan Rakitic y Mandukic a la cabeza, mostraron su rechazo hacia la grada, aficionados que llegaron a las manos entre ellos.
Debido a esos diez minutos en el que el partido estuvo parado, Clattenburg añadió un descuento mucho más largo del habitual. En ese tiempo, los checos empataron de penalti, lanzado por Necid.
Croacia fue sancionada con un punto y dos partidos a puerta cerrada en la fase de clasificación para la Eurocopa cuando hace un año apareció una esvástica en el césped del estadio de Split, en el encuentro ante Francia el 12 de junio.
Absolutely disgusting by Croatia fans.. The poor security guard nearly got blown to bits pic.twitter.com/GhMHVStliZ
— TOM BORMAN (@_tomborman) 17 de junio de 2016
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