Gema Hassen-Bey o cuando no hay cima que se resista: "La vida es mágica"

  • La atleta es la primera deportista paralímpica del mundo en silla de ruedas en alcanzar la cumbre a 3.000 metros solo con el impulso de sus brazos.
  • Lo ha conseguido en el Teide tras 13 días de ascenso, lo que le ha servido de preparación para su principal reto solidario: la subida al Kilimanjaro.
  • Hace un año fue operada de un cáncer de mama: "La vida es tan mágica que en noviembre de 2016 estaba en un quirófano y un año después subiendo el Teide".
La deportista paralímpica Gema Hassen-Bey, en el ascenso al Teide.
La deportista paralímpica Gema Hassen-Bey, en el ascenso al Teide.
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La deportista paralímpica Gema Hassen-Bey, en el ascenso al Teide.

Ante cualquier dificultad, su eterna sonrisa. Y ante cualquier reto que se le meta en la cabeza, que suelen ser muchos, su inagotable energía por seguir creciendo y alcanzar todos los objetivos.

Una descripción que obedece perfectamente a Gema Hassen-Bey. La atleta, postrada desde hace décadas en una silla de ruedas debido a un accidente de coche, acaba de alcanzar el último de sus retos. El último porque aún quedan unos cuantos por hacer. En esta ocasión, y con el mítico Teide como escenario principal, la deportista se ha convertido en la primera paralímpica del mundo en silla de ruedas en alcanzar la cumbre a 3.000 metros solo con el impulso de sus brazos.

Ese era el objetivo principal dentro de una idea inicial, coronar el pico más alto de España (3.718 metros). Algo que no pudo ser por las difíciles condiciones climatológicas, que obligaron a concluir el reto antes de lo previsto, lo que deja bien claro la dificultad de esta nueva 'locura' de Gema. "Ha sido durísimo. Ha habido un problema de tiempo en el ascenso, porque esa ladera era muy dura y no se acababa nunca; no nos podíamos salir del camino porque era muy empedrado; y luego está mi lesión de médula, que complica todo un poco más...". Son algunos de los episodios vividos y que relata la deportista a 20minutos. "Me he hecho hasta un desgarro en el pecho de la fuerza que tenía que aplicar", comenta.

Por todas estas dificultades, la deportista solo tiene una palabra, "gracias". "Al equipo, a los voluntarios (más de cien), a las instituciones, a las empresas que me han ayudado con patrocinios...". Y un mensaje: "Lo más bonito es que, algo que todo el mundo decía que era imposible, lo hemos hecho realidad. Todo el mundo puede conseguir lo que quiera. Si lo enfocas bien, con paciencia, confianza y rodeándote de la gente adecuada. Eso es lo que más me ha enseñado esta montaña".

A lo largo de los trece días de ascenso al Teide, Gema utilizó una camilla de pequeñas ruedas que se desliza a través de unas escaleras a modo de raíles, una 'handbike' y una silla de ruedas de escalada. "Hemos probado los 3 prototipos y han funcionado a la perfección. Ahora toca mejorarlos".

Hassen-Bey contó para su último día en el Teide con un invitado especial, Carlos Soria, el único alpinista que ha logrado coronar doce cumbres de más de 8.000 metros después de cumplir los sesenta años. "Él es un hombre muy sabio y me dijo que ya estaba preparada para subir el Kilimanjaro porque va a ser más fácil que el Teide (risas)". Porque la cima isleña ha sido el paso previo a la culminación de su reto solidario: subir al Kilimanjaro. El ascenso al techo más alto de África, con 5.835 metros, es el reto más importante y su próximo objetivo por encima de todo. "Solo nos falta un patrocinador para que pongamos fecha", dice ella, aunque ese ascenso se calcula que pueda llegar con la primavera.

La vida de Gema está llena de obstáculos, de retos, de cumbres para superarlos. Lo hace en su vida deportiva, pero también en la personal, donde más importan los reveses. Hace algo más de un año le diagnosticaron cáncer de mama, una enfermedad de la que ya está recuperada. "La vida es tan mágica que hace exactamente un año, el 5 de noviembre, estaba en un quirófano operándome. Y el 5 de noviembre de este año estaba subiendo el Teide. Por eso, esta cima se la he dedicado a la gente que lucha contra el cáncer. Y yo siento que he estado apoyada por muchos padres, por el padre Teide, por mi propio padre, que también se fue, y por el padre Rafa Méndez (profesor del programa Fama ¡a bailar!), que me ha cuidado mucho. Ha sido una cima muy mágica, con un camino muy duro pero en el que mucha gente me ha impulsado. Está dedicada a todas esas personas que luchan contra el cáncer y también se van por su culpa".

Una lección de vida constante porque, como dice ella, "todos podemos alcanzar nuestras cimas porque no hay límites". Ella, al menos, no los tiene.

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