La plaga de bajas en la defensa del FC Barcelona están suponiendo un importante quebradero de cabeza para Pep Guardiola. Las opciones del técnico azulgrana para componer su zaga ante el Atlético de Madrid son escasas y todas pasan por jugar con algún jugador del filial en el difícil choque en el Vicente Calderón.

Los defensas Alves, Abidal y Chygrynskiy están lesionados, Márquez y Piqué están sancionados tras su expulsión en el partido ante el Getafe y Yaya Touré, un mediocentro que ya sabe lo que es jugar de central, también está de baja, por lo que a Guardiola le quedan sanos tres defensas: Puyol, Gaby Milito y Maxwell.

Ante esta panorama, las opciones del entrenador azulgrana son pocas. La primera opción es alinear a Jeffren en el lateral derecho. El canterano ya jugó en esa posición en el partido de Copa del Rey ante la Cultural Leonesa y se ha ofrecido a jugar de nuevo en esa posición, "estoy preparado para jugar de lateral. Si el míster me pone ahí otra vez, yo lo haré lo mejor posible".

Sin embargo, se trataría de un delantero reconvertido a defensa y el propio jugador reconoce que no es su puesto: "contra la Cultural me costó un poco porque me cansaba muy rápido y me costaba situarme en el campo, aunque creo que lo supe solventar".

La otra opción es jugar con Puyol en el lateral derecho y subir un central del filial. Muniesa, que ya ha jugado varios partidos con el primer equipo en ese puesto pero en el filial está jugando de lateral izquierdo, y Marc Bartra pasan por ser las dos bazas por las que podría apostar Guardiola. Este último podría también jugar en el lateral y dejar el puesto en el eje de la zaga al capitán del Barcelona. Albert Damau, lateral derecho del filial con clara vocación ofensiva, es el otro canterano convocado y también cuenta con opciones.

Por último, y como alternativa más remota, quedaría colocar a Seydou Keita en el lateral izquierdo (ya ha jugado ahí en alguna ocasión) y pasar a Maxwell al lateral derecho, puesto en el que ya se ha estrenado en el Barça, aunque esta opción supondría excesivos retoques en la defensa del Barcelona.