El fútbol inglés, habitualmente perjudicado por la afición de muchos de sus jugadores al alcohol y las fiestas desmedidas, tiene ahora otro motivo por el que preocuparse.

Parece que la pasión por las tiendas de moda que caracteriza a las parejas de futbolistas famosos, cuyo más claro ejemplo es el de Victoria (la mujer de David Beckham), afecta tanto a los fichajes de los futbolistas que muchos se frustran por la ausencia de tiendas de grandes modistos en algunas ciudades.

"Si un jugador no quiere venir al Sunderland, no pasa nada, pero si decide que no quiere venir porque su mujer quiere irse de compras en Londres, entonces es triste", explica a la prensa británica el irlandés Roy Keane, entrenador del Sunderland y ex capitán del Manchester United.

Keane, en su día conocido por su fuerte temperamento además de por su habilidad en el campo, ha lamentado que sean las WAGS (Wives and Girlfriends, así llamadas por los medios de comunicación ingleses) las que muchas veces determinan las decisiones profesionales de sus parejasEl ex del United ha señalado que, cuando el motivo es ese, se trata de una decisión "motivada por un estilo de vida, en lugar de por el fútbol" y añade que eso le indica "que

"La idea de que sean las mujeres las que dirijan el espectáculo me preocupa, pero este tipo de jugadores son blandos. Han cambiado las prioridades de los futbolistas y ahora se las dictan sus esposas", se queja.

Keane habla sobre esto después de que, tras intentar fichar este verano a algunos grandes futbolistas, estos hayan rechazado sus ofertas por deseo de sus parejas.

Durante el Mundial del 2006 en Alemania, las mujeres y novias de los internacionales ingleses , entre ellas la española Elen Rives, prometida del jugador del Chelsea Frank Lampard, acapararon las portadas de los medios británicos, que se hicieron eco de las desmedidas compras de las chicas y de sus fiestas y conductas exageradas.