El estadio Arena da Baixada de Curitiba seguirá siendo sede del Mundial de Brasil de fútbol después de que la FIFA, que se había planteado su exclusión, confirmase esta tarde su permanencia en el programa.Los retrasos de la obras de este campo, las menos avanzadas de todas las restantes, habían esbozado algunas dudas en el máximo gobierno balompédico.

El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, ratificó este martes a la sureña ciudad como una de las doce sedes del Mundial de Fútbol de Brasil 2014, en una decisión tomada después del ultimátum dado por los atrasos en las obras de remodelación de su estadio.  "Curitiba está confirmada como sede de la Copa Mundial de 2014, basada en las garantías financieras, el compromiso de todas las partes y el progreso realizado", declaró Valcke.

Curitiba es la ciudad elegida por España para su alojamiento y sede de concentración durante el Mundial. Además, la selección española debe jugar contra Australia en esa ciudad el 23 de junio dentro de un compromiso del grupo A. Además, en esta sede están previstos otros tres partidos de la primera fase de la Copa del Mundo, como el Irán-Nigeria (grupo F), Argelia-Rusia (grupo H) y Honduras-Ecuador (grupo E).

"Será una ajustada carrera contra el tiempo. El esfuerzo colectivo de todas las partes involucradas en Curitiba debe continuar a ritmo fuerte", aportó Valcke. La señal verde para la capital del sureño estado de Paraná, fronterizo con Argentina y Paraguay, vino horas después de una inspección realizada por el consultor de estadios de la FIFA, el arquitecto Charles Botta. En la mañana de este martes hubo en Curitiba una reunión entre representantes de la FIFA, de la Alcaldía municipal y del Gobierno regional de Paraná, como citó el alcalde Gustavo Fruet en su página de la red social Facebook.

El mes pasado, con el ultimátum dado por la FIFA, se creó un comité para vigilar las obras en el estadio que, según las autoridades locales, se aceleraron y consiguieron culminar en quince días los trabajos previstos para dos meses. Una de las dificultades para la conclusión de la reforma fue que el Atlético Paranaense, propietario del estadio, presentó problemas para conseguir la liberación de recursos.

El estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), la principal institución de fomento del país, otorgó un nuevo crédito al Gobierno de Paraná, por 250 millones de reales (unos 104,6 millones de dólares), para garantizar la conclusión de la reforma.  Paradójicamente, antes de que Brasil fuera elegido sede del Mundial de Fútbol de 2014, el estadio de Curitiba era el que más cumplía con las exigencias de la FIFA y, por consiguiente, era el menos necesitaba de una reforma.