Después de todo lo que se ha dicho sobre la posible escisión entre FIA y FOTA, que llevaría a la creación de un Mundial de Fórmula 1 paralelo al actual, y viendo que las escuderías se lo han tomado muy en serio y ya tienen asentadas las bases del proyecto, Max Mosley ha empezado a recular y se muestra dispuesto a negociar.

El por qué lo da en cifras ecomotor.es, al asegurar que a la FIA, de crearse este nuevo Mundial, perdería un lucrativo negocio que da unos 2.800 millones de euros por temporada.

Citando fuentes de la consultora Deloitte, el reportaje asegura que "entre derechos de televisión, patrocinadores, presupuestos de los equipos y venta de entradas, la Fórmula 1 tuvo unos ingresos en 2007 de 3.900 millones de dólares (unos 2.800 de euros), lo que la convierte en la tercera competición deportiva más lucrativa del mundo, tras la NFL (6.500 millones) y la MLB (5.100) estadounidenses".

Se afirma en el reportaje que en cada carrera "se mueve una media de 217 millones, de los que las escuderías se llevan el 47%". Por eso, al aumentar la FIA el número de licencias (Manor, USF1 y la española Campos Meta1), la cantidad recibida por cada equipo bajaría.

A todo esto hay que sumar que el presidente de la FIA, Max Mosley quiere reducir gastos y premiará a las escuderías que reduzcan sus presupuestos con mejoras tecnológicas mientras que, a los que no lo hagan, les congelará las evoluciones de sus monoplazas.

Es decir, que los nuevos participantes en este circo podrían ganar a los grandes invirtiendo menos dinero... y eso no le gusta a escuderías como Brawn, Red Bull, Renault, Ferrari, McLaren, Toyota, Toro Rosso o BMW.

La FIA perdería, si no se llega a un acuerdo, "los más de 2.000 millones que ponen en la parrilla de salida entre anunciantes y aportaciones propias". Para ecomotor.es, además de la FIA, el gran perjudicado sería Bernie Ecclestone, "quien gracias a los derechos que gestiona de la Fórmula 1 se asegura el 25% los beneficios que genera el Mundial".