Hasta luego, Fernando; ‘hello’, Torres

El delantero se despidió del Atlético y llegó al Liverpool: «Vengo para ser campeón».
Torres, junto con Benítez, en Liverpool. (EFE)
Torres, junto con Benítez, en Liverpool. (EFE)
Torres, junto con Benítez, en Liverpool. (EFE)
Cuando uno tiene 23 años, cambiar de vida en apenas horas no debe ser fácil. A las diez y diez de la mañana, Fernando Torres comparecía en la sala de prensa del Vicente Calderón, serio y cabizbajo. Tocaba despedirse de casa y el delantero quiso aclarar varias cosas: «Yo pedí al club que analizara la oferta del Liverpool y la decisión de irme ha sido sólo mía».

Junto con Torres compareció el presidente, Enrique Cerezo, que le agradeció «todos los años de sacrificio que has dado por este equipo», para concluir declarando que «puedes volver cuando quieras, sin necesidad de llamar a la puerta». Torres recogió su frase: «Espero que sea un hasta luego, para volver cuando el club esté a la altura que merece».

Poco después, jugador y presidente se unieron para posar con la futura camiseta rojiblanca, que Torres apenas quiso exhibir. Ya fuera por frialdad o por lo especial del momento, apenas hubo emotividad en el acto. Sólo los periodistas la pusieron, ovacionando a Torres cuando ya enfilaba la puerta de salida.

Del Calderón a Anfield Road, a Torres le cambió la cara. Al primero que se encontró fue su futuro técnico, Rafa Benítez, que le dio su nueva camiseta, roja y con el número 9. Después, The Kid –que así le llaman ya en la tierra de los Beatles– pisó el césped y se colocó frente a The Kop, la grada donde habitan los aficionados más pasionales del equipo. «Ya estoy deseando jugar aquí. He venido para ser campeón». A finales de mes debutará. Entre ilusión, melancolía, alegría  y tristeza finalizó el día en que Fernando Torres cambió de vida. A los 23 años.
La afición se enfadó

Unos cien aficionados del Atlético se unieron ayer en las puertas del Vicente de Calderón para despedir a su ídolo y criticar a la directiva por dejarle marchar. Finalmente, el club no abrió el estadio y al final todos los hinchas se quedaron con las ganas de decirle adiós a Torres. «Es la primera vez que vengo triste al campo –decía Jorge Jiménez, de 16 años–. Me da igual que venga Ronaldinho o Eto’o. Torres era un símbolo».
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