El Comité Ejecutivo de la UEFA ha decidido, este mediodía en Vilna (Lituania), experimentar con cinco árbitros en partidos de la fase de grupos de la nueva Liga Europa la próxima temporada (la antigua Copa de la UEFA).

De esta manera, además del árbitro principal y los dos linieres, dos asistentes más se situarán tras las líneas de meta para vigilar los incidentes que se produzcan en los áreas de penalti, faltas o malas conductas.

El primer experimento tuvo lugar en los minitorneos de clasificación del Europeo sub'19 del pasado año y, tras recibir los correspondientes informes, la International Board dio también su aprobación para probar en partidos de fútbol profesional de la Liga Europa.

"Se ha decidido que las pruebas se lleven a cabo en una competición importante y la Liga Europa lo es", dijo el francés Michel Platini, presidente de la UEFA, quien apuntó que una vez se desarrolle y la International Board dé su visto bueno final esta medida se puede desarrollar en todas las competiciones europeas.

Suspensión de partidos por gritos racistas

Otra de las medidas aprobadas por el Comité Ejecutivo de la UEFA, tiene que ver con las directrices para que los árbitros puedan hacer frente a los graves incidentes racistas que se suceden en los estadios y que entrarán en vigor inmediatamente en todas las competiciones de la UEFA.

A partir de ahora, si hay casos de suficiente magnitud e intensidad, el árbitro aplicará la Ley 5 de las Reglas de Juego por la cual el partido podría llegar a suspenderse. "Esto envía una señal fuerte y también muy práctica de que durante los partidos de la UEFA, estas directrices se aplicarán", aseguró el secretario general de la UEFA, David Taylor.

La guía oficial incluye un procedimiento de tres pasos. Así, si el árbitro aprecia que se está dando un comportamiento racista, o es informado del mismo, primero parará el partido y solicitará que se anuncie por el sistema de megafonía al público el cese inmediato del comportamiento racista. Como segundo paso, si el comportamiento racista no cesa, el árbitro detendrá el partido por un periodo razonable de tiempo, por ejemplo de cinco a diez minutos y pedirá a los equipos que bajen a los vestuarios. Además, se dará otro aviso al público a través de la megafonía.

Finalmente, si continúa por los mismo derroteros, el árbitro podría abandonar definitivamente el partido.