
Juanto a su amigo José Manuel Calderón –base de los Raptors–, Garbo, como llaman a Jorge en la NBA, ha tenido que adaptarse a un nuevo estilo de vida, como ya hizo cuando se marchó de Torrejón de Ardoz a jugar a Vitoria y de allí a Treviso (Italia).
Poco tiempo libre
«Toronto es una ciudad multicultural, muy abierta, lo que me está ayudando a mi rápida adaptación. Aun así, lo que más echo de menos de España es la gente», reconoce a 20 minutos con cierto grado de melancolía.
Aunque los jugadores de la NBA disfrutan de poco ocio, Jorge aprovecha siempre que puede para «pasar el tiempo libre con mi mujer, con Calderón y la suya, e ir conociendo la ciudad poco a poco», comenta.
La tremenda profesionalización de la NBA tiene sus desventajas y «el ambiente en los vestuarios no es tan estrecho como en Unicaja. Hay buena relación, aunque no sea estrechísima», se resigna.
El ritmo es frenético: «Muchas veces comemos en el mismo pabellón de juego tras un partido y de ahí directos al aeropuerto. Eso sí, el avión es muy cómodo, bastante más de lo que se usa en las ligas europeas, tiene todo tipo de servicios y comodidades».
A pesar de todo, Jorge Garbajosa se muestra contento con su trabajo y sólo se queja de que «este deporte tan bonito no tenga la acogida que se merece en España».
Artículo íntegro en... www.20minutos.es
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