España venció pero no convenció. Un paradón de Casillas en los últimos minutos salvó a la selección nacional, que una vez más ha jugado los 90 minutos al filo de la navaja: muchas ocasiones y poca efectividad (incluso con un balón al larguero)

En el 68, Luque conseguía batir de un zurdazo cruzado al palo derecho al portero lituano, y los jugadores daban por bueno el resultado, que sitúa a España como cabeza de grupo junto a Serbia (con 12 puntos), dado que los otros rivales de España han empatado.

Menos público del esperado

El color rojo no faltó en el campo de Mestalla para apoyar a la selección pero el estadio quedó muy lejos de llenarse, pues no congregó a más de 25.000 espectadores.

No acudió al estadio todo el público que se esperaba, pero los seguidores del equipo nacional se mostraron incondicionales con la selección a la que apoyaron desde el principio.

Como en otras ocasiones, las banderas españolas, las bufandas rojas y amarillas y las caras pintadas con esas dos tonalidades dieron un colorido especial al estadio valenciano, en el que muchos aficionados llevaban unas gorras con el "12", número con el que tradicionalmente se identifica a la afición.

Esta "marea roja" dominaba completamente las gradas ocupadas del estadio, frente a los escasos seguidores lituanos que se dejaban ver tímidamente con sus colores amarillo y verde.

Los bares y terrazas de la avenida de Suecia, en las inmediaciones de la tribuna del estadio, sirvieron de punto de encuentro desde primera hora de la tarde para los seguidores del combinado nacional que, llegados desde ciudades y provincias próximas, habían preparado su "vestuario y complementos" y entonaban el ya clásico "a por ellos" o el "que viva España".

Incluso algunos de los edificios cercanos al estadio, como el del colegio mayor La Concepción, han acicalado sus balcones con los colores nacionales para animar a una selección que puede decidir buena parte de su participación en el próximo Mundial en los dos partidos consecutivos que disputa en Valencia.

La cordialidad reinó entre ambas aficiones, y no fue extraño observar a grupos de lituanos y españoles especulando sobre el resultado del partido entre risas e incluso fotografiándose juntos instantes antes del inicio del encuentro.

En los prolegómenos del encuentro, mientras se entonaba el himno español una gran bandera se desplegó en la grada de general del campo de Mestalla.