A España le falta fútbol

Claves:
  • España golea a Liechtenstein (4-0).
  • Torres, Villa (2) y Luis García, autores de los goles.
  • El juego de la selección fue malo.
Los jugadores de España celebran el tanto de Torres (EFE).
Los jugadores de España celebran el tanto de Torres (EFE).
EFE
Los jugadores de España celebran el tanto de Torres (EFE).

España emprendió el rumbo hacia la Eurocopa 2008 con una goleada ante Liechtenstein. Un partido sin más historia (intrascendente si no fuera por los puntos en juego) pero que mostró una realidad casi descorazonadora: el fútbol de España no enamora.

Y no lo hace no sólo porque la afición esté muy desilusionada tras el batacazo del Mundial, si no porque el juego que ofrece la selección es tan plano, tan poco imaginativo y tan escaso de ideas que cualquier aficionado tiene motivos para estar insatisfecho.

Tras el Mundial España tiene una asignatura pendiente: enganchar de nuevo a la afición.

La goleada a Liechtenstein no cumplió ese propósito: el rival era tan endeble que haberle metido cuatro goles no tiene ningún valor.

En estos partidos tan desiguales en el que el contrario no existe, lo importante son las sensaciones que transmita el equipo. Y no fueron buenas, especialmente en la primera parte, que fue para olvidar.

Estática en ataque, empeñada en jugar por el centro, sin saber aprovechar las bandas y abusando del pase en corto cuando la presión del contrario exigía jugar más en largo, España hizo una mala primera parte en la que sólo marcó dos goles.

Mejor con los cambios

Un aficionado optimista podrá decir que se crearon oportunidades, que el mejor de Liechtenstein fue el portero, que estamos a principio de temporada y que, además, había un linier que machacó a la selección pitando varios fuera de juego inexistentes que le privaron de más un de gol.

Cierto. Tan cierto como que ante una banda de aficionados a España se le debe exigir más: goles y juego, pero sobre todo juego.

Las cosas mejoraron algo en la segunda parte, sobre todo cuando Luis Aragonés introdujo los cambios. La entrada de Iniesta, Luis García y Oubiña animó a la selección.

El centrocampista del Barcelona aportó sentido común y lucidez al juego español. Sin llegar a ser brillante, el juego mejoró: el balón empezó a circular con más criterio y Liechtenstein, encerrado en su área desde el minuto 1, empezó a sufrir más para achicar los balones.

El dinamismo de Luis García dio más mordiente al ataque y la selección imprimió un ritmo más alto a su juego. Pero sólo se marcaron otros dos goles, aunque se buscó con ahínco el quinto, que hubiera supuesto el 1.000 en la historia de la selección. Pero éste no llegó.

Como no llega la mejoría que reclama el aficionado. Mucho tendrán que cambiar las cosas si queremos estar en la fase final de la Eurocopa en 2008.

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