España aún está verde

Cometió algunos errores defensivos y le faltó intensidad para generar jugadas. El debut de Cesc fue de lo mejor.
Puyol, disputando un balón al marfileño Toure, ayer en Valladolid.
Puyol, disputando un balón al marfileño Toure, ayer en Valladolid.
Efe
Puyol, disputando un balón al marfileño Toure, ayer en Valladolid.
La primera visita de la subcampeona de África a España puso en evidencia algunas carencias del combinado nacional, a escasos 100 días del Mundial de Alemania: la defensa es vulnerable y en la delantera sigue faltando gol, como casi siempre.Y eso que Luis Aragonés experimentó con un once muy ofensivo (4-3-3), con Luis García, Torres y Villa en la punta de ataque; pero, aun así, la selección tocó y tocó sin rematar con acierto en una primera parte muy lenta. Sólo el tanto de Keita, que adelantó a Costa de Marfil, despertó del letargo a España, que estiró sus líneas en busca de la igualada.

Cesc, que debutó como titular y dejó buenas sensaciones, se inventó la jugada del empate, dando un gran pase al infalible Villa. Parecía que España se iba a crecer, pero, en lugar de eso, echó el freno y el público de Valladolid alcanzó el descanso con más frío que fútbol en su retina (–4 ºC).

Costó mucho marcar

La segunda mitad comenzó con un trallazo de Kalou que se coló en la portería de  Casillas, más fallón que de costumbre. El gol obligó a remontar otra vez, pero a España le costó romper la defensa marfileña.

Torres disparó al palo en una clara ocasión, aunque fue su sustituto, Reyes, quien logró el empate. El debut de Senna también contribuyó a serenar el juego local y, en los últimos minutos, Juanito cabeceó la victoria.

Así está la selección

La defensa flojea por alto

Luis Aragonés demostró con la alineación de ayer que quiere llegar al mundial con una selección renovada. En su estreno, con 18 años, Cesc enseñó maneras de director de juego y dio el pase del gol de Villa –segundo tanto en su quinta participación con la elástica nacional–. Y Torres sigue sin afinar su olfato goleador. Además, quedó una cosa clara en el primer gol marfileño: todavía no se saben neutralizar los balones áreos.

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