«El proyecto busca mejorarle la vida a los jóvenes salvadoreños a través del deporte y la educación. De 8 a 12 reciben clases por Internet y luego se entrenan el sistema deportivo del Sevilla», explica el presidente de la Fundación, Jorge Bahaia.

Ésta es la primera vez que vienen a entrenarse con un equipo europeo. Los tres están muy ilusionados.

«Cualquier jugador salvadoreño no tiene una oportunidad como ésta, de jugar con un buen equipo europeo. Estamos muy contentos por lo que nos está pasando», dice Cristian. Confiesan que ya se sienten totalmente integrados con los otros chavales de la cantera y que los sevillanos son muy amables. «¡Además,  las chicas de aquí son muy hermosas!», añade Ricardo.

El entrenador de la fundación que les acompaña, Raúl García, comenta que hay una pequeña diferencia entre estos chicos y los sevillanos: «Ellos no están tan desarrollados, se les ve más infantiles, pero es una cuestión de alimentación y ahora ya están siguiendo una dieta especial para deportistas».

Ahora no quieren ni pensar en volver a casa, pero  cuando lo hagan, se llevarán una bonita experiencia «que compartiremos con nuestros compañeros de allí», dice Eric. Y quién sabe si en el futuro les veremos jugar con la camiseta blanca en Nervión. Porque, como dice Ricardo, «para nosotros sería un sueño jugar en Europa. Y nos gustaría mucho hacerlo en un equipo como el Sevilla».

Futuros prometedores

La Fundación Educando a un Salvadoreño recluta a los chicos que ‘prometen’, que tienen facultades para llegar a ser estrellas del fútbol. Cuentan con un centro de alto rendimiento en el que los chavales (muchos de ellos de familias desfavorecidas), dan clases y se forman en el deporte. A los mejores los envían a entrenarse con equipos de otros continentes. El Sevilla es el primer club español que coopera con la Fundación. Los técnicos son muy optimistas con las capacidades de Eric, Ricardo y Cristian. En noviembre pasarán una evaluación para demostrar al club lo que han aprendido.