Mateu Lahoz no tuvo su día en El Prat-Cornellá. Al menos, eso deben pensar los jugadores y aficionados del Mirandés, equipo al que dejó de señalar dos claros penaltis.

Las imágenes son claras. También los expertos (exárbitros y comentaristas) hablan de las dos jugadas que podían haber sentenciado la eliminatoria a favor del equipo de Segunda B.

La primera acción polémica se produjo en el minuto 16 de la primera mitad, aún con el cero a cero. Amat derribó a Alain dentro del área, pero el colegiado no consideró la acción digna de señalar el punto de los 11 metros.

La segunda jugada se produjo en el minuto 4 de la segunda parte y con 0-1. Pablo Infante penetró por la banda izquierda, desbordó a Amat y el defensa del Espanyol le agarró de forma evidente y cortó su avance hacia la portería. El penalti, más claro que el anterior, no admitía duda.

A esto, hay que sumarle la interrogante del primer gol 'perico', en el que muchos reclaman fuera de juego.

Sin embargo, Carlos Pouse, entrenador del equipo burgalés, no quiso hablar de esas jugadas. "No voy a juzgar al árbitro, serían excusas pobres. Los errores arbitrales los tienen que mejorar ellos y yo debo hacer lo mismo con mis jugadores. Quizá el colegiado o el línea se ha podido confundir, pero su trabajo no es fácil ya que deben decidir en décimas de segundo. Si no lo ha pitado es que no ha sido fuera de juego".

El técnico promete batalla para la vuelta: "El resultado es mejor de lo que creíamos y peor de lo que podía haber sido, pero vamos a morir matando, aunque no quiero que se malinterprete. No habrá violencia, juego duro, ni ninguna encerrona en Anduva".