Nani Roma fue el primer español en ganar el Dakar en moto y también quiere ser el primero en lograrlo sobre cuatro ruedas. Después de cuatro intentos con Mitsubishi, el catalán debutará el 1 de enero con un BMW.

¿Qué tal el nuevo coche?

Bien, es un vehículo muy potente y he hecho bastantes kilómetros. Creo que ofrecerá un gran rendimiento.

Algunos dicen que Suramérica plantea un Dakar más complicado que África...

La edición del año pasado fue muy dura. Hay que tener en cuenta que allí en enero es verano, mientras que en África era invierno y por lo menos hacía algo de fresco por las mañanas. También afecta la altitud en los Andes.

Después de 15 participaciones en el Dakar, ¿con qué recuerdo se queda?

He pasado media vida en esta prueba, es cierto... Me quedo con el Dakar que gané en 2004 y con mi primera participación. Recuerdo perfectamente cuando pisé por primera vez África. Alucinaba con todo, el olor, la gente, la sensación de no saber qué te espera...

¿Su peor momento?

El accidente que tuve en Marruecos, donde murió mi copiloto Henri Magne.

¿Disfruta menos ahora que lucha por la victoria?

Es menos aventura. Conoces más la carrera y vas a tiro fijo.

¿Echa de menos la moto?

No, porque con el coche disfruto mucho. Además, en casa practico bastante enduro y me quito el mono.

¿Lo de empezar siempre el Dakar el 1 de enero y perderse la Nochevieja le molesta?

Nunca me ha gustado demasiado la Navidad, así que no sufro. Sólo en Reyes, porque nunca he podido estar con mis hijas. Pero bueno, celebramos Papá Noel y otras cosas.

¿Se comen, por lo menos, las uvas en el Dakar?

Sí, suele haber una pequeña fiesta y los españoles nos comemos las uvas. Recuerdo una vez, de camino a Rabat, que nos dieron las doce y nos las comimos en el coche.

¿Lleva algún tipo de amuleto en el coche?

No soy muy supersticioso, pero llevo una flor de plástico que me regaló una señora en Hungría y una cinta de la Virgen del Pilar, que me regalaron en la Baja Aragón.

Antes de ser piloto jugaba al fútbol, ¿por qué lo dejó?

Fui portero hasta los 18 años, pero un día me aburrí del fútbol y me compré una moto.

¿Es del Barça?

Sí, me gusta el buen fútbol.

¿Cuénteme cómo le robó los calcetines a Peterhansel?

(Ríe) Fue en una carrera en Holanda en 1993. Yo era un novato y Peterhansel todo un campeón del Dakar. Acabamos llenos de barro y vi cómo él sacaba unos calcetines limpios antes de ducharse. Yo no tenía y se los cogí... Hace unos años se los devolví en una presentación de Mitsubishi y le pedí perdón. Él alucinó, pero se rió.

¿Ha sido muy gamberro de joven?

Lo justo, pero un gamberro sano. Vivía en una casa de campo y hacía burradas con todo tipo de vehículos, coches, motos, tractor… ¡Con diez años ya conducía coches!

Un buen lugar para crecer...

Desde luego. Nací y crecí en un pueblo pequeño y he disfrutado mucho, pero también ayudaba a mis padres en las tareas del campo.

La ciudad sigue sin atraerle...

Sigo viviendo en una masía porque el campo es perfecto para aislarte un poco de la sociedad y vivir en contacto con la naturaleza.