Desirée Vila: "Cuando me amputaron pensé que no encontraría un deporte como la gimnasia"

  • La exgimnasta de élite publica 'Lo único incurable son las ganas de vivir' (Temas de Hoy).
Desirée Vila
Desirée Vila
JORGE PARÍS
Desirée Vila

Tras varios errores médicos le amputaron a la gimnasta de élite Desirée Vila la pierna. Hubo de sufrir un largo proceso judicial, que acabó en la condena a 2 años de cárcel, 4 de inhabilitación para el médico.

Hoy se prepara para las Paraolimpiadas en atletismo y publica Lo único incurable son las ganas de vivir (Temas de Hoy).

¿Cómo se consigue salir de algo tan complicado y escribir un libro con ganas?

Al principio lo llevé fatal. Tenía 16 años y me dieron muchos antidepresivos. Casi no me dejaban ser consciente de lo que me había pasado. Luego me lo encontré de frente, pero el deporte me ayudó mucho.

No había quizá más remedio que no dejarle ser muy consciente, ¿no?

No había otra manera. Cuando me dijeron que me tenían que amputar la pierna, y que si no lo hacían ya, me podía morir, dije que me moría, que no me amputaran. Pero tenía 16 años y no podía elegir.

¿Odió la gimnasia acrobática?

No, me saque el título de entrenadora y di clases.

Pero fue correr lo que le cambió la vida...

Sí, volví a hacer deporte un año después. Pensé que no iba a encontrar un deporte que me gustara tanto como me gustaba la gimnasia. Probé tenis en silla de ruedas, natación y también me querían para la Selección. Pero fue correr. Algo que que parece tan simple y que era algo que ni me había planteado en el hospital que pudiera volver a hacer.

¿Por qué no la gimnasia?

Al volver a casa tras el accidente hacía muchos ejercicios de acrobática, aun no era consciente de lo que suponía que me hubieran amputado la pierna y que no podría volver a competir de alto nivel como hacía antes. Cuando me puse la prótesis ya vi la dificultad. Y volver al gimnasio y ver a mis compañeras y saber que no volvería a formar parte de ese equipo me dolió mucho. Pero podía seguir siendo deportista aunque adaptado.

Para ello se prepara...

Sí, me estoy centrando en el deporte porque en dos años son las Paraolimpiadas y quiero ir.

¿Cuánto se madura?

Por ser gimnasta de alto nivel maduras mucho, pero con el accidente, más. Te ves sola. La que tiene que aguantar las miradas por la calle soy yo. Te miran y es normal, eres diferente. Tuve que adaptarme, saber que iba a salir a la calle con muletas y una pierna y me iban a mirar, y luego con la prótesis también.

¿Cómo decide escribir este libro?

Al volver del hospital, como habíamos denunciado, no quería olvidarme de lo que había pasado. Y quería escribir los sentimientos, como el dolor cuando te ponen la primera prótesis, la frustración...

Además eso: un juicio y que recurran...

Sí, recurrieron. Y ahí sabes que necesitas un buen abogado. Nosotros lo encontramos, y había muchas pruebas y conseguimos demostrar que había habido una negligencia médica.

¿Siente que se ha hecho justicia?

Yo muchas veces pensaba que por culpa de ese señor ahora tengo que vivir una vida complicada. Pero tampoco sé qué podría pasar si siguiera con mis dos piernas haciendo gimnasia acrobática.

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