Edgar Torronteras es el pionero mundial en el Freestyle (junto al estadounidense Mike Metzguer) y este viernes participará en la Nitro Circus que se celebra en Rivas Vaciamadrid (Madrid). El piloto español lleva más de dos décadas subido encima de una moto y tiene un currículum que parece no tener fin siempre con una filosofía: "lo difícil lo hago, lo imposible lo intento", toda una declaración de intenciones.

Torronteras atendió a 20minutos para hablarnos de su carrera, de la dura vida de un piloto de freestyle y para recordar que, pese al riesgo, ellos son gente “muy cuerda" conscientes de que su vida "está en juego".

Este viernes participas en la Nitro Circus. Cuéntanos en qué consiste.

Es puro freestyle, show 100%. Es el espectáculo de freestyle más importante que hay actualmente a nivel Mundial, y aparte de las motos hay mucha  locura. Una bañera con ruedas que se tira por el Rolling (una bajada de unos 25-30 metros de alto), carritos de niño pequeño, de la compra… Y se trata de hacer trucos con ellos, caer bien. La gente alucina con estas cosas.

Eres una leyenda del freestyle, deporte en el que empezaste muy joven. ¿Cómo fueron sus inicios?

Empecé a ir en moto con 3 años y con 7 ya hice mi primer campeonato. A raíz de ahí seguí ganando campeonatos de España, en Cataluña y después fui subcampeón de Europa. Ya con 15 se hizo el primer concurso de saltos, se lesionó el que lo iba a hacer, fui yo el que salté y me convertí en el pionero del freestyle, que fue con la que finalmente me quedé hasta ahora.

¿Cómo le explica a sus padres que te quieres dedicar a hacer locuras con una moto?

Toda mi familia hemos ido siempre con la moto, somos familia motera, mi padre corría de joven y fue él el que me puso la moto entre las piernas.

¿Hay que estar un poco loco para dedicarse al freestyle?

Peligro hay, pero otra cosa es la locura. Pero peligro hay cada día al salir de casa, te puede atropellar un autobús o cualquier otra cosa. Hay un punto de locura en cuanto que tienes que hacer un truco muy difícil y has de ser decidido, la decisión de decir ‘hago ya este truco nuevo’. Pero ojo, hay que estar muy cuerdo, estás arriesgando tu vida y tienes que tener sangre fría y ser calculador, saber en todo momento lo que estás haciendo 100%.

¿Ha llegado a pasar miedo encima de la moto?

Bueno, el control no siempre se tiene, durante el día siempre hay percances. Quieras que no, siempre hay ese cosquilleo, ese miedo de no querer hacerse daño. Sabes a lo que te expones. Yo que soy muy creyente siempre rezo antes de salir y tengo mis rituales que me dan calma.

¿Qué altura llegan a coger?

Según el tipo de rampa, pero se puede llegar a coger 14 metros.

Lleva ya más de 20 años con la moto. ¿En el algún momento se siente cansado?

Ahora mismo me pillas hecho polvo, salté anoche (por el miércoles), vengo de empalme de Austria, antes en Austin… llevo meses viajando. Te cansa lo que es los viajes, pero ir en la moto lo llevo dentro, hasta que el cuerpo aguante.

Además tiene familia, mujer e hija.

Sí, y eso es muy duro. No paras de viajar y yo ahora mismo voy solo, mi hija es pequeña aún. Cuando crezca sí que me la llevaré de viaje, pero de momento no puede ser. Se echa mucho de menos poder estar a su lado, cuesta mucho ver cómo te crece una hija y la ves poco.

La vida de un piloto de freestyle consiste en viajar y viajar…

Sí, hago de 40 a 45 eventos al año, cada fin de semana estoy viajando. Puede tener 3 ó 4 fines de semana libres al año.

Y cuando llegue el momento de la retirada, ¿qué le gustaría hacer?

Lo relaciono todo con el mundo de la moto. Me gustaría montar una escuela, donde estoy viviendo en Málaga no hay ningún apoyo a este deporte, los ayuntamientos nada más que te ponen trabas para poder hacer cosas, le dan prioridad a otros deportes que tienen muchísimo menos riesgo. Me gustaría montar una escuela y enseñar todo lo que tengo en mente y he aprendido estos años.