Cada mañana, llueva, truene, nieve o haga sol, Diurno baja feliz a la pista de entrenamiento, una característica, unida a su tranquilidad, sólo propia de los caballos campeones. Este purasangre inglés se ha confirmado como el mejor de la temporada de otoño en la reapertura del madrileño hipódromo de la Zazuela, con dos victorias. Al igual que los adolescentes humanos, Diurno, un joven potro de dos años, se muestra travieso, rebelde, un poco salvaje, pero noble, y no puede oler a ninguna yegua porque sale corriendo detrás de ella, y para ser campeón, una de las claves es la abstinencia sexual.