Los donostiarras se adelantaron a los 11 minutos de juego gracias a un dudoso penalti, que transformó Xabi Prieto y se mantuvieron firmes en defensa hasta el descanso. El Zaragoza apretó en la segunda parte, pero ni la expulsión de Aranburu, tradujo el dominio aragonés en goles. La mayoría de los ataques del Zaragoza acabaron fuera de la portería donostiarra y sólo un potente disparo de Leo Ponzio, hizo lucirse al portero Riesgo.

 

Diego Milito también tuvo una clara ocasión dentro del área, pero acabó en el suelo, sin que el colegiado viera ninguna acción antirreglamentaria. La afición de La Romareda se enfadó con el árbitro y también Víctor Muñoz, que terminó expulsado. «Quiero pensar que este mal arbitraje y el que recibimos en el Camp Nou son sólo fruto de la casualidad», explicó Víctor.