"Digamos que la importancia en el equipo es un 60% de los perros y un 40% del corredor", afirma sin modestia el alicantino Ismael Piñol (20 años), que este fin de semana se proclamó, por cuarta vez consecutiva, campeón de España en tierra con seis perros.

El mushing, que nació en Alaska y llegó a España hace algo menos de 20 años, consiste en que "varios perros tiran de un carro o trineo en tierra o nieve". Piñol define este deporte como "muy divertido, de contacto con la naturaleza y en el que, tras la aventura de la carrera, los corredores hacen fiestas".

Se trata de una disciplina muy minoritaria, en la que hay mayoría masculina –aunque cada vez hay más chicas–, que puede practicarse con un can y esquís de fondo, dos perros y bici, cuatro y un triciclo y seis u ocho perros tirando de un carro con cuatro ruedas. Cuantos más perros, más caro, porque la gracia está en cuidarlos a conciencia y tener mucho trato con ellos.

"Los perros son como de la familia –afirma Piñol–, los acaricias, juegas y corres con ellos, los quieres, y eso hace que te obedezcan cuando lo necesitas". ¿Edad? "Ellos, desde el año hasta los diez, y el musher... ¡no hay edad!".

Los ‘cracks’ españoles del mushing son hermanos

Luisa (4 años): "Es muy noble y es la que llevo más adelante, porque es la más obediente", afirma Ismael. "Lo que más le gusta es correr, y lo que yo prefiero de ella es lo lista que es y el caso que me hace".

Fran (4 años): "Es muy nervioso, cariñoso y, aunque está pirado, es muy, muy obediente", asegura Ismael de este perro, el más alto y grande de los que forman el equipo campeón de España.

Paca (4 años): Es la otra guía. "Le tengo mucho cariño, porque tuvo un fallo en el cerebro y parecía que se iba a morir. Se curó y es de la que más corre. También es la más loca, no hace caso y marea a los otros perros".