Antes de empuñar su arma, Pirri describe la esgrima como «uno de los deportes más completos, que aúna el trabajo físico con el de la mente».

La equipación es necesaria, tanto a nivel amateur como profesional, para evitar accidentes: «Un traje de kevlar –el material de los chalecos de los astronautas–, medias, un guante, zapatillas, la careta y el arma elegida». Y nos preparamos para practicar. Los primero es aprender los pasos: «La guardia es la posición básica. Se ponen los pies en un ángulo de 900, se adelanta el derecho y se flexionan las rodillas. Desde esa posición se marcha hacia delante y hacia atrás».

Tras practicar el movimiento, sin arrastrar el pie, llegan los ataques. Los básicos son el de fondo (se estira el brazo armado y se lanza la pierna adelantada) y el de flecha (se lanza el brazo y la pierna de detrás pasa adelante). Luego hay variaciones con pasos más cortos, ampliados…

El trabajo completo

Controlado lo básico, se practican los desplazamiento, solo o con compañeros, porque hay que coger agilidad. De ahí, en parejas, se practican las defensas. «La esgrima engancha porque se puede practicar de muchas maneras: atacando, sólo defendiendo, engañando al rival con fintas…».

Tres armas, tres estilos

Espada, sable y florete: La primera es de estocada (tocar con la punta), y el blanco es todo el cuerpo; la segunda es de filo (tocas con toda la hoja), y el blanco es de cintura para arriba. En la tercera, de estocada también, sólo el tronco es válido.

El sistema eléctrico: Un cable que los tiradores pasan de la espada a estos aparatos (dcha.), por el brazo y la espalda, son los encargados de decir, mediante una luz verde o una roja, quién ha tocado a su adversario.

Periodista Armada

Impone eso de empuñar una espada y calzarse una careta que pesa casi un kilo, pero coordinar los movimientos de piernas y brazos no es complicado. La forma de moverse tiene un toque artístico, tipo danza, y ese primer contacto resulta entretenido, pese a que todavía no se pueden hacer grandes cosas. Eso sí, no tienen nada que ver con las luchas de Alatriste...